Mientras la Unión Europea está planteándose obligar a las empresas de transporte a electrificarse, la UETR, la Unión Europea de Transportistas por Carretera, de la que es miembro la española Fenadismer, está reclamando una transición justa, pidiendo que se evite cualquier enfoque que implique una obligación para el sector.
Dicha asociación reclama una “independencia” en la transición, que no se obligue a comprar vehículos eléctricos como único medio de posibilitar las cero emisiones, dejando de lado otras alternativas que pueden ser igual de válidas.
La Comisión Europea, viendo que las cifras no le acompañan, está trabajando en la aprobación de una propuesta de ley para obligar a la electrificación de la actual flota de transporte. Como no logran que el sector apoye sus políticas de electrificación, y con el objetivo de aumentar la proporción de camiones que supongan cero emisiones (actualmente son el 1.5% únicamente en Europa, 0.5% en España), parece que han decidido tirar como se dice “por la calle de en medio”.
La UETR, como asociación, ha declarado que están alienados plenamente con el objetivo de lograr la neutralidad climática para el 2050, pero para garantizar que sea sostenible y posible, no ven que una “obligación” de compra por una sola alternativa sea el camino. Entienden además que obligar hoy día a electrificar, supone un quebranto y una alteración del mercado del transporte en Europa, ya que reduce la flexibilidad y además, dejaría fuera de juego a los pequeños transportistas porque estos no tendrían capacidad económica para afrontar ese cambio.
No solo las asociaciones, varios países ya han mostrado también su rechazo a esta propuesta de compra obligatoria, no solo por la obligación, sino porque creen, al igual que las asociaciones, que hace falta todavía una trabajo que realizar por la falta de infraestructuras de carga para camiones pesados, sobre todo en los corredores de transporte europeos así como en los principales núcleos logísticos.
Carlos Zubialde
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