Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre indica que existen 1.257.200 trabajadores ocupados en el sector logístico, lo que son cerca de 8.200 trabajadores menos que en el trimestre anterior, y confirma el estancamiento en la creación de empleo que estaba teniendo el sector, finalizando la tendencia alcista y entrando en un momento de mayor incertidumbre y posible estancamiento.
Como es sabido, dentro de los datos del sector, estos luego reflejan secciones o actividades de transporte, de esta forma, el transporte terrestre, con 21.500 ocupados menos, encabeza la mayor caída con respecto al segundo trimestre del año, seguido por el almacenamiento y actividades anexas al transporte, que desciende en 2.500 personas. Por su parte, el resto de las actividades mejoran los datos de contratación de trabajadores, y analizados los datos por sexo, las mujeres han sufrido mayor caída en la contratación, 14.400 menos en las actividades de transporte terrestre y almacenamiento.
El problema generacional
Una de las mayores preocupaciones del propio sector es la elevada edad de los trabajadores y la falta de relevo generacional, no solo en posiciones donde esto se está manifestando de forma muy crítica como los conductores, sino que empieza a ser algo transversal a todas las posiciones.
Y es que el 67% de los ocupados en logística tiene más de 40 años y el 39% tiene más de 50 años, lo que supone que en menos de 15 años una parte muy importante de los actuales trabajadores del sector pasaran a la jubilación, siendo necesario el reemplazo de cerca de 510.000 puestos de trabajo. Y los jóvenes no se quieren acercar al sector, solo el 5.1% en la actualidad de los trabajadores tiene entre 16 y 25 años.
Con todos estos datos en la mano, queda claramente reflejado que el empleo en el sector logístico ha llegado por el momento a su techo, y la previsión es que se desacelere el mismo, alineándose con la coyuntura económica que se vive en la actualidad, y a la que el sector es muy sensible.
Pero mirando de forma más amplia, no solo a los datos de la EPA trimestrales, el sector arrastra varios problemas estructurales que, de no cambiar en breve, estará poniendo en serio peligro la propia actividad. En casi todos los estudios se señala como graves problemas estructurales del sector la alta dependencia del transporte terrestre, muy sensible a los movimientos económicos; un envejecimiento muy acelerado de los trabajadores a lo que se le suma una seria dificultad para atraer no solo talento, tampoco mano de obra joven ni tampoco a mujeres.
El gran reto del sector debe de ser atacar estos problemas estructurales si quiere tener futuro, para poder luego sí, dar pasos en la digitalización y eficiencia, porque si no hay personas, el resto no funcionará.
Carlos Zubialde
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