Dos semanas después de que los transportistas dejaran de cargar en las fábricas de Ence, uno de los mayores productores de celulosa del norte de España, la cosa sigue en los mismos términos.

El pasado 24 de octubre, justo un día después de que entrara en vigor la nueva ley de dimensiones y pesos en el transporte terrestre de mercancías en España, la famosa ley de las 44 toneladas, Ence comunico a los proveedores de transporte tanto la rebaja del precio que les pagaba hasta la fecha, además de comenzar a cargar 44 toneladas, en virtud de la nueva ley.

Ante esta imposición, cerca de 300 camiones que trasportaban madera para las fábricas de Pontevedra y Navia (Asturias), decidieron parar completamente la actividad, que desde entonces ha tenido como consecuencia que no entre ni un solo kilo de madera en las citadas fábricas. Este paro ha sido apoyado tanto por Fenadismer como por el CETM, algo poco usual que tanto las asociaciones de transportistas como la de empresas estén juntas en esta reivindicación, y es que la propuesta de Ence supone una rebaja de las tarifas de entre un 5% y 10% por tonelada transportada.

Como ya pudimos señalar en www.informacionlogistica.com, Ence se escudaba en que tenía la “posibilidad legal” de realizar esta imposición en virtud de la nueva ley de aumento de pesos y dimensiones, siendo el primer cargador que lo ha puesto encima de la mesa, en menos de 24 horas de la publicación de la citada ley.

Desde entonces, las distintas asociaciones han comunicado que se han mantenido varias reuniones para desbloquear la situación, y que incluso Ence ha propuesto una mejora de las condiciones que fue rechazado por los transportistas, recordemos que la gran mayoría son autónomos con una flota muy pequeña de entre uno y tres camiones como máximo.

Y es que la nueva ley de las 44 toneladas no solo es un arma con el que tendrán que pelear los transportistas, sino también con las derivadas de la misma, empezando con un mayor consumo de combustible, mayor desgaste de las piezas, neumáticos y el propio camión, terminando por el tiempo “extra” que tendrán que añadir en las operaciones de carga y descarga al tener que transportar más mercancía, y que sumado todo repercutirá en los costes, con un aumento muy considerable.

Queda por ver si esta situación particular de Ence termina por desbloquearse, y si otros cargadores van a tomar el mismo camino que Ence, o, por el contrario, actualizaran con sus proveedores de transporte los precios a las nuevas dimensiones y pesos.

Carlos Zubialde

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