La logística refrigerada está a las puertas de una transformación profunda. Durante décadas, los equipos frigoríficos han dependido casi en exclusiva del diésel para mantener la cadena de frío. Hoy, esa realidad empieza a cambiar con la llegada del primer contenedor frigorífico de hidrógeno operativo en España, un avance tecnológico que redefine los estándares de sostenibilidad y eficiencia energética en el transporte a temperatura controlada.

El proyecto, desarrollado por la startup alicantina Hydros Power, representa mucho más que un logro técnico. Supone un cambio de paradigma: el paso de un modelo dependiente del combustible fósil a otro donde la energía limpia y el silencio operativo son los nuevos indicadores de eficiencia. Gracias a su sistema híbrido basado en hidrógeno y batería, este equipo mantiene temperaturas estables durante horas, sin emisiones contaminantes, sin ruidos y con un consumo energético significativamente menor.

El éxito de las pruebas piloto posiciona a España como uno de los primeros países europeos en validar una solución de hidrógeno aplicada al transporte frigorífico. El impacto potencial es enorme: reducción del 80 % del ruido, cero emisiones locales y autonomía operativa equiparable a los equipos diésel actuales. En un contexto donde la sostenibilidad deja de ser una opción para convertirse en una obligación competitiva, el hidrógeno se perfila como una de las pocas alternativas capaces de ofrecer rendimiento y cumplimiento normativo a la vez.

Uno de los aspectos más disruptivos del proyecto es su viabilidad operativa. El sistema desarrollado por Hydros Power no requiere adaptar la infraestructura existente ni modificar los procesos logísticos. Puede integrarse directamente en flotas actuales, lo que facilita su adopción y acelera el retorno de inversión. Además, al eliminar emisiones y ruidos, permite que los camiones frigoríficos vuelvan a operar dentro de entornos urbanos restringidos, reduciendo costes de transbordo y mejorando la eficiencia de la última milla.

El proyecto cuenta con el respaldo del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT Urban Mobility), uno de los fondos de impacto más relevantes de la Unión Europea. Su apoyo refuerza la apuesta por el hidrógeno como alternativa real en sectores donde la electrificación mediante baterías no ha ofrecido una solución eficiente, especialmente en operaciones de largo recorrido o con alta demanda térmica.

Hydros Power trabaja ahora en la homologación de sus sistemas híbridos de hidrógeno para vehículos logísticos y transporte frigorífico, además del desarrollo de cápsulas intercambiables y estaciones de recarga que permitan una operativa flexible y autónoma. Este ecosistema, denominado STELION, busca ofrecer una solución integral para descarbonizar aquellos segmentos donde las baterías no llegan.

El horizonte está claro: alcanzar un modelo logístico descarbonizado antes de 2030. Según las estimaciones de la compañía, la adopción masiva de esta tecnología podría evitar más de 1,5 millones de toneladas de CO₂ y reducir más de 650 toneladas de litio utilizadas en baterías convencionales. Un impacto directo no solo en la sostenibilidad, sino también en la independencia tecnológica y energética del sector.

La logística del frío entra así en una nueva etapa. El hidrógeno deja de ser una promesa de futuro para convertirse en una solución real y operativa, impulsando una revolución silenciosa —literal y figuradamente— en la forma en que entendemos el transporte refrigerado. España no solo participa en esta transición: la está liderando.

Carlos Zubialde

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