Como ya conoces, la baliza V16 será obligatorio para todos los vehículos de matrícula española a partir del próximo 1 de enero del 2026, y nos toca hablar del mismo y la implicación que tiene para los profesionales del sector del transporte, además de a todos los usuarios y propietarios de vehículos.
Lo primero que se le tacha a la medida es de no ser tan efectiva y segura como pregonan desde la DGT. En el sector ya no se asusta casi nadie cuando las instituciones y gobernantes, legislan más desde lo ideológico o económico que desde el bien común, como muestra un botón con lo que sucede en la descarbonización del transporte terrestre, donde parece que solo hay una solución (la electrificación), cuando hay otras alternativas, que son desechadas y rechazadas de forma continuada.
Volvemos a las balizas V16, un negocio redondo para la Agencia Tributaria, que ingresará cerca de 300 millones de euros con el IVA de todos los dispositivos que se han vendido o se venderán (calcula el coste de 50 € por baliza, y que en España en el 2023 según datos de la DGT había 37.980.861 unidades o vehículos de 4 ruedas). Pero volvemos a las balizas, el primer, pero es que esta medida solo será aplicable para vehículos españoles, quedando fuera de esta nueva reglamentación incluso los vehículos europeos. Además, el uso de la baliza solo es para España, esto quiere decir que, si salimos a Francia o Portugal, la baliza no sirve y tendrás que sacar los triángulos, lo que hace que sea algo completamente fuera de toda lógica.
Por otro lado, hay muchas voces que ponen en tela de juicio que la baliza ayudaría a reducir los atropellos en carretera, y es que no hay ningún dato que vincule la utilización de los triángulos a una mayor incidencia de atropellos en las carreteras. Y no es lo único, se ha publicado que la baliza tiene serias carencias técnicas, su visibilidad es nula en cambios de rasante o en curvas, donde es imposible de ver, siendo claramente peor solución que los triángulos, caso que además se hace especialmente grave en el caso de los camiones.
Seguimos con los peros, que los sigue teniendo, como la laxitud de la normativa de la DGT con los niveles de luminosidad, lo que por lógica hará que muchas personas terminen por comprar la que sea más barata, que son justamente las que menos potencia tienen y peor se ven, y que ojo, obliga además a llevar unas pilas de repuesto en el coche porque la baliza lleva unas pilas que se pueden terminar por descargar.
Es los tiempos de la hiperconectividad, la DGT parece haber buscado un sistema poco alineado, obligando a llevar una baliza conectada cuando muchos de los vehículos, furgonetas y camiones ya están conectados a los servicios de asistencia de las propias marcas, o se podría haber optado por un app móvil y gratuito para poder emitir el punto de ubicación, o en el mejor de los casos, añadir la baliza como un elemento más sin eliminar otros como los triángulos, y es que es de locos que si tienes un coche de matrícula española tienes que poner la baliza, pero si el que se para a tu lado tiene matrícula francesa, con sacar los triángulos cumple la ley.
Carlos Zubialde
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