Los “safety Line” o líneas de seguridad son una de las soluciones más efectivas para determinar el punto concreto desde donde el peligro de rebasarlo supone un grave riesgo.

Los safety line los asociamos a emplazamientos o sitios peligrosos como ocurren en los almacenes logísticos o de cross docking de transporte, que se delimitan las zonas de tránsito del personal.

Pero, ¿se nos ocurre establecer un safety line en las tarifas de transporte?

La presión que tienen los equipos comerciales de las empresas de transporte no dista mucho de la que pueden tener en otros sectores, eso si, condicionado cada vez más por una actividad donde los márgenes comerciales son cada vez menores. Cuando se trabaja con márgenes tan ajustados, tener el control sobre los precios ofrecidos de los servicios, se torna todavía más importante.

¿Se es consciente del precio del servicio a partir del cual el beneficio es cero? ¿O del punto donde el beneficio operativo es marginal?

Habitualmente se tiende a ofrecer un precio por servicios, y exceptuando algunos tipos de transportes como pueden ser el Freight Premium en transporte por carretera, el resto de modalidades tienden a ofrecer una taifa “estable” al cliente para un periodo determinado, un año habitualmente.

No es habitual que las empresas de transporte tengan bien delimitada cuál es su “safety line” con respecto a los precios de sus servicios. El error más habitual sucede cuando no se detallan todos los costes que se aplican al servicio, por ejemplo, si nuestro servicio se ofrece con flota propia, los costes financieros de la adquisición de la flota. Este tipo de términos, al no ser tenidos en cuenta, hacen que el supuesto precio de “coste”, no sea real; y si el coste no es real, no podremos establecer un precio mínimo de venta de nuestro servicio. El precio que determinemos, será incorrecto, con la consecuencia que ello puede tener para la compañía.

Para poder determinar un correcto “safety line” en las tarifas de servicios de transporte que se ofrecen, es necesario cumplir con dos puntos:

1-Determinar correctamente TODOS los costes asociados al servicio, incluidos costes como la adquisición de flota, costes de infraestructura (alquileres de pabellones etc), costes de suministros (luz, agua…), costes de personal administrativo, y como no, costes financieros (plazos de cobro y pago de servicios etc).

2-Crear una herramienta o Dashboard con aplicación de Inteligencia Artificial y analítica avanzada de datos

El primer punto es claro, se tienen que computar la totalidad de los costes, TODOS, incluidos los gastos de personal, alquileres, suministros como luz etc.

Y para poder controlar ese safety line de los precios, debemos de tener una herramienta tipo dashboard, donde todos los datos de cada una de las partidas de costes queden reflejadas. Esta herramienta tiene que poder acceder a los datos de forma inmediata y automática, de forma que podemos en cada momento que hagamos la consulta, saber el coste “real” en el momento que hacemos la consulta.

Y por último, en esta herramienta, también deben de estar reflejados cada servicio que hacen los clientes, así como las tarifas de cada uno de ellos. De esta forma, es posible en cada momento “cruzar” los datos y ver de forma inmediata la situación de cada cliente y servicio, lo que permite poder tomar decisiones de tipo estratégico a pocas horas de la realización del servicio (por ejemplo, detectar un cliente o tipo de servicio que nos genera perdidas de forma recurrente).

Por último, esta herramienta debe de tener también unas alarmas, de forma que es posible ser avisado y detectar desviaciones u operaciones que generen perdidas, de forma inmediata, por ejemplo, si determinamos que el margen de beneficio marginal mínimo es del 5%, es posible generar una alarma en la herramienta, para que lance los avisos de los servicios que no llegan a ese porcentaje, de forma inmediata (cuando se está contratando).

En definitiva, la supervivencia de muchas compañías de transporte, en un mercando tan competido, con márgenes tan reducidos, está en saber y conocer la totalidad de los costes que componen los servicios que ofrecen, y por supuesto, tener las herramientas digitales necesarias que permitan ese control de forma automatizada e inmediata.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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