El sector del transporte y la logística urbana se encuentra en un momento crucial, con tendencias que están marcando el futuro de la distribución de mercancías y que en el 2025 serán más acusadas. Las nuevas tecnologías y el compromiso con la sostenibilidad están impulsando una reconfiguración de las operaciones, especialmente en la última milla, el eslabón más desafiante y dinámico de la cadena logística.
El enfoque en la sostenibilidad está generando un cambio significativo en las estrategias de distribución, ya no solo es suficiente realizar el reparto de envíos, estos deben de ser eficientes y sostenibles, sin perder su calidad de servicio. Cada vez más, se apuesta por prácticas que reduzcan el impacto ambiental, desde la optimización de rutas hasta el uso de vehículos impulsados por energías alternativas como el hidrógeno o la electricidad. Estas soluciones no solo disminuyen las emisiones contaminantes, también refuerzan la calidad del aire en las zonas urbanas, un objetivo esencial para las ciudades del futuro y para lo cual el Gobierno de España ya ha implantado una legislación con la obligación de definir Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en ciudades de más de 50.000 habitantes así como en las de más de 20.000 habitantes que tengan una mala calidad del aire.
En paralelo, el concepto de descentralización está tomando fuerza. La proximidad entre los puntos de producción y los consumidores finales permite no solo reducir costos operativos, sino también minimizar el impacto medioambiental. Este enfoque está transformando el diseño de los centros logísticos, alejándolos de grandes almacenes centralizados y acercándolos a los núcleos urbanos, con el objetivo de agilizar las entregas.
Por otro lado, el crecimiento del comercio electrónico ha dado lugar a un auge en las entregas fuera del hogar, conocidas como "out of home". Esta tendencia responde a la necesidad de ofrecer flexibilidad al consumidor final, a través de puntos de recogida inteligentes o lockers ubicados estratégicamente. Este modelo no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también contribuye a reducir la congestión en las calles, evitando la multiplicación de entregas fallidas. El OOH se está presentando como la alternativa más fuerte para la distribución en el año 2025, y las empresas de transporte así lo han entendido, comenzando con colaboraciones en esta área tal y como informaron recientemente GLS y DPD en Alemania.
Finalmente, la tecnología de big data y la logística predictiva se están consolidando como herramientas esenciales para el sector. Con estas tecnologías en la mano, las empresas pueden anticiparse a las necesidades del mercado, optimizar sus recursos y diseñar rutas y recursos mucho más eficientes. Además, proporcionan información en tiempo real que facilita la toma de decisiones y asegura que las operaciones sean ágiles y efectivas, sin olvidarnos del cliente, que también se beneficia de esa información sobre la operación que tiene con la empresa de transporte.
En un escenario donde la tecnología y la sostenibilidad van de la mano, el transporte y la logística están llamados a evolucionar constantemente, aunque no son los únicos que deben de hacerlo, ya que es preciso contar tanto con los cargadores, los destinatarios y como no, las autoridades legislativas.
Carlos Zubialde
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