La combinación de los factores produce situaciones a las que diariamente debe de enfrentar el sector del transporte y la logística. Dentro de las preocupaciones que asolan a todas las empresas, encontraremos las propias del sector, mezcladas con otras, impuestas y condicionadas, por la situación económica.
Como principal preocupación, es de señalar las numerables luces de alarma que se están encendiendo por la paralización de la actividad económica. Esta ralentización, que viene desde hace ya varios meses, pero es más evidente después de la época estival, preocupa y mucho a todos. La consecuencia de esta ralentización se aprecia en una menor contratación de personal, menos compras de vehículos, así como una congelación total de las inversiones que se pueden considerar como "no vitales", donde pueden entrar muchas de las que están relacionadas con los procesos de digitalización.
Son precisamente los costes el segundo gran grupo de las preocupaciones. Los costes directos, como el combustible, o la adquisición de nuevas equipaciones (vehículos, maquinaria de almacén, etc.), están teniendo un impacto de tal calibre, que se está literalmente comiendo mucho de los márgenes del negocio ganado durante el año por las compañías de transporte y logística. Además, hay que sumar a los altos costes, otro motivo de preocupación en la alta actividad comercial, que empieza a pasar factura, con una guerra casi total de precios.
Y las preocupaciones que podían estar en la parte alta del ranking en meses anteriores, como la falta de personal, la nula atracción del talento o la resistencia a la innovación tecnológica en las empresas, están ahora mismo bajando de posición. Esto no quiere decir que desaparezcan, pero sí su peso relativo está siendo menor.
La falta de personal y talento, ahora mismo no es una preocupación principal, sobre todo por la reducción de la actividad, no apremiando a las empresas, pero que puede volver a la parte top de las preocupaciones, ya que es un problema instalado desde hace tiempo entre las empresas de transporte y logística.
Por último, las innovaciones tecnológicas, pasan a un segundo plano, quedando reducidos en su profundidad, cuando no, "congelados" hasta que la situación pueda ser mejor.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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