La cadena de suministro del futuro será digital, visible y estandarizada
La transformación de las cadenas de suministro es cada vez mayor; hoy día las compañías ya no pelean producto contra producto, sino cadena de suministro frente a cadena de suministro.

La transformación de las cadenas de suministro es cada vez mayor; hoy día las compañías ya no pelean producto contra producto, sino cadena de suministro frente a cadena de suministro.
La gestión de la información y los datos está siendo una de las características más notorias en los últimos años. Los datos y la información han dejado de ser patrimonio exclusivo del proveedor de cada eslabón de la cadena de suministro, para pasar a ser una información transversal, compartida por todos los actores que participan en el supply chain.
El futuro más próximo de las cadenas de suministro se encuentra en la digitalización de todos esos datos, de forma que puedan ser visibles al 100% por todos los actores, en tiempo real. Pero las cadenas de suministros se encuentran con el problema de la distinta tipología de datos que se utilizan dentro de los procesos. Por ello uno de los principales pilares futuros pasa por la generación de datos “estandarizados”; si toda la cadena de suministro utiliza la misma tipología de dato, el flujo del mismo es mayor, así como la calidad del mismo.
Algunos sectores muy avanzados en el uso de los datos o que basan sus estrategias en herramientas de analítica avanzada de datos como puede ser la automoción, ya están creando ecosistemas “propios”. Creando un ecosistema digitalizado con una base de dato igual, se logra que el intercambio de los datos, sea en la cadena de suministro o incluso en otro tipo de intercambio, se realice de forma más rápida y eficaz.
El objetivo de este tipo de ecosistemas es generar los flujos de datos necesarios para poder por ejemplo crear la inteligencia artificial necesaria que genere un modelo predictivo, evitando cuellos de botella en el suministro de materias primas por ejemplo.
Pero por otra parte, este tipo de ecosistemas digitales deben de ajustarse a las distintas legislaciones tanto nacionales como europeas, para que no signifiquen la “expulsión” de las empresas y proveedores menos digitalizados, o las que tienen menos medios para poder acceder a este tipo de tecnología.