Encrucijada, y decisiva, es la en que se encuentra actualmente la logística: equilibrar la creciente demanda de transporte con la necesidad urgente de reducir las emisiones. En un contexto donde el comercio electrónico continúa expandiéndose, cada paquete transportado representa un reto medioambiental y, al mismo tiempo, una oportunidad para avanzar hacia modelos más sostenibles, sea por iniciativa propia o porque las autoridades empujan en esa dirección.

La última milla, tradicionalmente una de las etapas más intensivas en emisiones, ocupa un papel central en esta transformación. La consolidación de entregas mediante puntos de recogida y entrega permite reducir distancias recorridas y mejorar la eficiencia operativa, disminuyendo así el impacto ambiental asociado al reparto urbano. Si bien no eliminan completamente la huella de carbono, estas soluciones contribuyen significativamente a optimizar la movilidad logística, junto con una transformación de la flota hacia vehículos eléctricos.

La tecnología y la planificación avanzada son también pilares fundamentales de este proceso que no es posible dejar de señalar. La optimización algorítmica de rutas, la progresiva electrificación de flotas, la modernización energética de infraestructuras o la incorporación de sistemas de recogida flexible son herramientas que están ya reduciendo emisiones sin comprometer la calidad del servicio. La digitalización se convierte, por tanto, en un acelerador clave para la eficiencia energética y operativa.

La descarbonización del transporte de mercancías no depende únicamente de grandes decisiones políticas. También está influida por miles de acciones cotidianas: la elección de métodos de entrega con menor impacto, la gestión de rutas más eficientes, la utilización de energías limpias o la mejora de la eficiencia en los centros de distribución. Cada agente implicado, desde operadores, logísticos hasta consumidores, desempeña un papel relevante en esta transición.

La innovación en soluciones de envío sostenible avanza rápidamente, impulsada por la necesidad de cumplir objetivos globales de reducción de emisiones y por una mayor concienciación social. La colaboración entre los distintos actores del ecosistema logístico es esencial para lograr un cambio real y duradero. Cada paquete puede gestionarse de forma más sostenible y cada kilómetro recorrido puede optimizarse para reducir su impacto. El desafío es complejo, pero integrar la sostenibilidad en la estrategia operativa permite construir modelos logísticos más resilientes y eficientes.

Carlos Zubialde

contacto@informacionlogistica.com