De forma inexorable, los distintos gobiernos de la Unión Europea están implementando los recargos por contaminar, aunque le llamen justo a la contra, es decir, "beneficiar" a los que tengan emisiones cero. Sea como fuere, Alemania ya ha dado el pistoletazo, y desde el pasado día 01/12/2023, cada vehículo que cruce el país, tendrá que pagar un recargo de unos 200 euros por tonelada de CO2 que emita.
La norma tiene aplicación para los camiones de más de 7.5 toneladas, y que no sean cero emisiones. La realidad es que esto afecta a la gran mayoría de los camiones que circulan por las carreteras europeas, y como muestra, en el 2022, el 97% de los camiones matriculados en Europa, fueron diesel. Si sumamos a la edad media de las flotas de camiones, las cifras de aplicación de este peaje se acerca al 99% del total de camiones que transitaran por las carreteras de Alemania. Además, a partir del 01/01/2024, los vehículos de gas GNC/GNL también tendrán que pagar este peaje, igual que los que tengan un peso bruto del vehículo de más de 3.5 tn, que comenzaran a pagar a partir del 01/07/2024.
Motivos políticos, ecológicos, y económicos
No es posible dejar de mencionar las 3 vertientes que tienen este tipo de peajes, por el momento enfocados al sector del transporte por carretera, pero que en el futuro terminará por afectar a todos los ciudadanos de la Unión Europea, aún y cuando la UE en su conjunto no llega a generar más que el 10.4% del total de emisiones de CO2 mundial en el año 2021 (de los cuales, el 4.7% es de Rusia y el 1.8% de Alemania).
Los políticos han tomado la bandera de la sostenibilidad ecológica, en ocasiones legislando completamente de espaldas hacia sectores muy afectados como lo es el transporte, imponiendo una agenda que, ciertamente, parece difícil de poder cumplir. La falta real de ayudas, y sobre todo, la incertidumbre sobre las infraestructuras para la recarga de estos vehículos, además de su elevada inversión, está creando tensiones importantes, no exentas de movimientos que pueden cambiar el panorama de las cadenas de suministro futuras.
Y no podemos olvidar, que estos peajes también tienen un componente económico. Que Alemania adelante un mes la aplicación del peaje, tiene una cifra: existe la previsión que, adelantando un mes, el gobierno alemán puede ingresar hasta 500 millones de euros en este concepto. Una medida que debería de tener como objetivo el inicio hacia una transición energética, finalmente queda como lo que es, una medida con un afán recaudatorio, eso sí, muy ecológico.
Tan fuera de lugar es este nuevo peaje, que comparando con el coste actual de pago por uso de las carreteras de Alemania, conocido como Maut, el peaje ecológico supondrá, para un camión, doblar el coste actual del peaje que paga hoy día, y que engrosará las arcas de este país, eso sí, a costa de la competitividad de toda la Unión Europea, porque debemos de recordar que Alemania es el verdadero motor de toda la UE.
Lo peor no es la aplicación de este peaje, será que otros países que han estado a la espera, o que simplemente, no se lo habían planteado todavía, inicien una carrera por establecer peajes, que al final cargaran sobre el transporte, y sobre toda la sociedad en definitiva.
Y solo es el inicio....
Artículo propiedad de Carlos Zubialde