Escenario post-aranceles: reducción en expectativas de exportación y riesgos económicos para empresas en todo el mundo

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Escenario post-aranceles: reducción en expectativas de exportación y riesgos económicos para empresas en todo el mundo

El impacto de los aranceles en el comercio global ha generado dudas y afectado las expectativas de las empresas, modificando estrategias y rutas de inversión.

Descripción

El reciente Allianz Trade Global Survey 2025, divulgado el 20 de mayo de 2025, ofrece una visión detallada de los efectos inmediatos de la guerra comercial desatada el 2 de abril pasado con la implementación de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos. La investigación, realizada en colaboración con Ifop, consultó a 4.500 empresas manufactureras y comerciales en países como China, Francia, Alemania, Italia, Polonia, Singapur, España, Reino Unido y Estados Unidos, en dos momentos clave: antes de la posible imposición de los aranceles, entre el 6 y el 21 de marzo, y después de su puesta en marcha, entre el 21 de abril y el 5 de mayo.

Los resultados revelan un cambio radical en las expectativas empresariales: antes de los aranceles, el 80% de las compañías proyectaba aumentar sus ventas en el extranjero, pero solo el 40% mantiene esa misma confianza tras la implementación de las tarifas elevadas. Además, cuatro de cada diez empresas temen una reducción de sus ingresos entre el 2% y el 10% para los próximos doce meses, una cifra que en la primera medición apenas alcanzaba el 5%. En términos macroeconómicos, Allianz Trade estima pérdidas de exportación de hasta 305.000 millones de dólares en 2025 y 291.000 millones en 2026, siendo China y la Unión Europea los principales afectados, con más de un tercio del impacto en conjunto.

La incertidumbre también se refleja en la ralentización de los pagos, ya que solo el 11% de las empresas cobra en 30 días, mientras que alrededor del 70% recibe sus pagos entre 30 y 70 días. En algunos mercados como Reino Unido, los pagos que superan los 70 días son ahora la norma. Tras la escalada arancelaria, la proporción de empresas que anticipan un mayor retraso en sus cobros aumentó del 36% al 53%, especialmente en Italia y España. Paralelamente, un 48% de las firmas teme un incremento en las insolvencias, riesgo que consideran especialmente alto en Reino Unido, Estados Unidos e Italia.

Para afrontar este escenario, muchas compañías han adoptado estrategias de «front-loading», es decir, anticipar importaciones antes de que los aranceles entren en vigor. En Estados Unidos, el 69% de los importadores apostaron por esta medida, provenientes de China y Europa. A nivel global, aproximadamente el 40% de las empresas planea trasladar íntegramente los costes adicionales a sus precios finales; solo en EE. UU. esa proporción supera el 50%. Además, se observa una diversificación en los mercados de exportación: el interés de las empresas europeas en Asia pasa del 30% al 36%, mientras que en Asia hacia Europa crece del 12% al 14%, con las empresas chinas duplicando su interés, llegando al 22%. La atracción por Latinoamérica también se duplica, consolidándose como una opción viable para una empresa china de cada seis.

Las decisiones de inversión muestran distintas prioridades según la región: en Alemania, el 45% de las empresas centra recursos en eficacia operativa y reducción de costes, mientras que en China el 77% apuesta por diversificación y expansión estratégica. En contraste, en Estados Unidos la proporción que busca incrementar inversiones baja al 47%. Asimismo, casi el 90% del conjunto de empresas evalúa o ya ha iniciado procesos de relocalización, buscando traer parte de su producción o suministros de vuelta al mercado interno. Sin embargo, los obstáculos como la falta de proveedores nacionales, los costes y la escasez de mano de obra permanecen, según el 75% de las empresas consultadas.

En la relación EE. UU.-China, la tregua de 90 días significó una reducción del arancel estadounidense sobre productos chinos al 39%, todavía triplicando las tarifas previas al conflicto. Como consecuencia, muchas empresas estadounidenses continúan adelantando pedidos y orientando sus rutas de suministro hacia hubs con aranceles más bajos en el sudeste asiático, Golfo y América Latina. Aunque la mayoría de las firmas en EE. UU. (el 80%) planean reorganizar sus cadenas de suministro, solo el 8% contempla una reducción significativa en su presencia en China, lo que indica que un desacoplamiento total aún es improbable.

El ambiente más pesimista se observa en el sector mayorista, donde dos tercios pronostican un empeoramiento de las perspectivas, y en aquellas empresas que dependen en más de la mitad de su facturación del comercio exterior. Las firmas con ingresos superiores a 5.000 millones de euros enfrentan tiempos de cobro más largos y muestran mayores dificultades en sectores como transporte, energía, metales, papel y agroalimentario. En cambio, rubros como tecnología, retail y automoción mantienen sus promedios de días de pago por debajo de los 50 días.

Para las empresas italianas, el panorama es dual: por un lado, priorizan estrategias para mejorar su liquidez y mitigar riesgos de insolvencia; por otro, identifican nuevas oportunidades en Asia y América Latina, donde la percepción de confiabilidad de los socios euro-mediterráneos empieza a mejorar. En este contexto, será fundamental contar con financiamiento sólido, adoptar estrategias de doble abastecimiento en componentes críticos y estructurar contratos que permitan distribuir los costes de los aranceles y las fluctuaciones monetarias.

En conjunto, a seis semanas del inicio de la guerra arancelaria, el análisis de Allianz Trade demuestra cómo la incertidumbre tarifaria no solo ralentiza el comercio, sino que también está transformando la geografía del comercio mundial. Las cadenas de valor se acortan, los centros de producción regionales cobran mayor relevancia y el concepto de «friend-shoring» se convierte en una estrategia cada vez más adoptada. La capacidad de las empresas para responder con cadenas ágiles, finanzas robustas y gestión dinámica de precios será clave para convertir el riesgo sistémico en una ventaja competitiva a largo plazo.