Las empresas enfrentan aumento de costos por aranceles de EE. UU. y exploran maneras de transferirlos a los consumidores
Las empresas estadounidenses enfrentan desafíos por los aranceles, buscando maneras de trasladar los costos y adaptarse a un clima económico incierto.
Las empresas están afrontando los primeros efectos de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que buscan trasladar los crecientes costes a los consumidores. Según un informe de la Reserva Federal, muchas compañías han recibido avisos de sus proveedores sobre aumentos en los precios y exploran formas de no absorber estos incrementos. A pesar de ello, existe una notable incertidumbre sobre la capacidad de trasladar estos costes, ya que algunos sectores muestran signos de presión en sus márgenes debido a una demanda todavía moderada.
El crecimiento económico se mantuvo estable en las últimas semanas, aunque se registró un aumento generalizado en los precios, especialmente en alimentos, seguros y materiales de construcción. En el área de Nueva York, las empresas reportaron incrementos en estos costes, además de añadir recargos en sus envíos. Sin embargo, también se evidencian dificultades en las relaciones comerciales internacionales, particularmente con Canadá, donde se reporta una reducción en las reservas hoteleras y la pérdida de contactos comerciales en el sector tecnológico.
El informe de la Reserva Federal señala que las perspectivas para las empresas del sector servicios han empeorado notablemente, anticipando una caída significativa en la actividad en los próximos meses y una reducción en las inversiones planificadas. Además, organizaciones que dependen del apoyo gubernamental, como bancos de alimentos y entidades sin fines de lucro, enfrentan recortes en fondos y personal, lo que genera desafíos en planificación y estrategia, afectando directamente la prestación de servicios públicos.
La incertidumbre en la política internacional y las medidas tomadas por la administración de Trump generan un ambiente de mayor cautela en los negocios, aunque muchas compañías muestran la intención de mantener su línea y responder a las demandas del mercado, incluyendo la posible transferencia de costes a los consumidores. La situación continúa en evaluación, con empresas ajustando sus estrategias ante un panorama de alta volatilidad y desafíos económicos internos y externos.