Como si se hubiera descubierto la pólvora o algo similar, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) acaba de determinar que los descuentos que ofrece Correos a los "grandes clientes" para los envíos, sobre todo de correspondencia, ojo, están por debajo de los costes reales de esa actividad de transporte.
Esto no es nada nuevo, en años anteriores sucedió tres cuartos de lo mismo; cuando la CNMC entra a estudiar y analizar en detalle los precios que ofrece Correos por el servicio postal universal, "descubren" que estos precios, están por debajo de los costes. Debemos de recordar, que el servicio postal universal, es aquel que tiene asignado en exclusiva Correos, y es el servicio al que tiene derecho todo ciudadano español, y que debe de ser prestado con una garantía correcta de servicio, además de un coste "asumible" por parte del usuario.
Históricamente, el servicio postal universal es deficitario, por la estructura y cobertura de Correos, que no es costeada por lo que paga el usuario. Para "tapar" este déficit, Correos tiene varias vías distintas, desde la aceptación de su déficit por parte del estado mediante los presupuestos generales, pasando por la "tasa" (alguno puede decir que impuesto revolucionario) que se cobra a toda empresa de transporte en España, de forma anual.
Según el estudio de la CNMC, los precios que pagamos como usuarios particulares, cumplen con los requisitos que establece la ley, no así los que pagan las empresas, estimándose que en los envíos de la carta ordinaria nacional de hasta 20 gramos y de la carta de hasta 50 gramos con descuentos para grandes clientes, Correos no cumple su obligación de ajustar sus precios a los costes reales que le supone prestar ese servicio.
Para "paliar" la situación, Competencia hace varias recomendaciones, desde incluir un nuevo modelo de costes, basado en costes incrementales baremados a la evolución de la demanda, pasando por un modelo nuevo de descuentos para las empresas y operadores que quieren acceder a la red postal y ofrecer también servicios de correspondencia.
Todo esto está muy bien, pero la realidad es que Correos es una entidad que genera unas perdidas muy cuantiosas (se estima que para el 2022 pueden estar sobre los 440 millones de euros de perdidas), con opacidad en la gestión directiva, que está en manos de los "amigos" de los políticos de turno, y que finalmente, termina pagando el contribuyente de su bolsillo.
Artículo propiedad de Carlos Zubiadle
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