Los datos y la realidad, parecen transitar por dos carriles distintos, una vez más en el transporte. La desaceleración económica es más que evidente, con una reducción de la actividad muy palpable durante el año, y más acusado después del verano. Pero, por otro lado, los precios, según varios estudios, no han frenado su subida, habiendo superado los niveles de precios del 2022.

Como es perceptible, la desaceleración del volumen de cargas es evidente, impulsado por una inflación muy elevada durante los últimos meses, los tipos de interés en niveles no vistos desde hace años, y un impacto directo del precio del combustible sobre los costes que soporta cualquier empresa de transporte. Pero los precios parecen mantenerse en un nivel alto, algo que puede llegar a ser sorprendente, por lo que se percibe en el sector, donde los cargadores han vuelto a tomar el mando de las negociaciones, después de mucho tiempo.

Si hablamos de las cifras de negocio, las últimas se refieren al segundo trimestre, pero es que desde el mes de abril hasta el de octubre, en 6 meses, el panorama ha cambiado completamente. Durante los 2 primeros semestres es cierto que se mantuvo una línea ascendente, pero las cifras que se pueden obtener de los distintos estudios, dista un buen tramo de la realidad, sobre todo en los umbrales de precios por km recorrido.

De todos los precios que se han publicado, hay que tener también en cuenta, que no hay un feed back por parte de los cargadores, lo que pueden reflejar un desvío "intencionado" al alza. Pero la realidad es que ese nivel de precio, en los transportes nacionales, han sufrido una bajada que se puede estimar de entre un 15% y 20% del precio por km recorrido, comparando el primer trimestre del 2023 con el mes de octubre.

En el transporte internacional, los 2 primeros trimestres, han mantenido un nivel relativamente más alto que los años anteriores, debido a que no ha existido una clara descompensación del contexto económico, por lo que los volúmenes de importación y exportación, se mantuvieron en líneas parejas. Pero a partir del mes de septiembre, el frenazo económico de España es más palpable que los principales socios y mercados europeos (Francia y Alemania, sobre todo), por lo que la importación está "sufriendo" en volúmenes, y también en disponibilidad de camiones.

Y la demanda de transporte por carretera, a tenor de los datos, parece que seguirá cayendo en Europa en los próximos meses. Como ya apuntábamos, los altos precios de los productos de consumo, y la reducción de la demanda, está ya generando una competencia entre los proveedores, cuya consecuencia final es la reducción de la demanda de carga, y como no, con una caída en los precios de transporte.

El mercado de los precios puntuales o spot, tiene todos los boletos para que la caída de precios sea más acusada frente a los precios de contratos estables. De todas formas, no se puede perder la pista a estos últimos, debido al resurgimiento de los sistemas de tender o concurso, que se han vuelto a reactivar durante el 2023, y que pueden tener un impacto a la baja de los precios de transporte

Lo que no se puede garantizar es que la situación que se puede estar viviendo durante los primeros trimestres del 2023, sea aplicable en los siguientes meses. La alta volatilidad mundial puede suponer un cambio radical en las cadenas de suministro, impactando sobre los niveles de disponibilidad de recursos para el transporte, y dejando en papel mojado absolutamente cualquier planificación anterior.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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