Quien podría pensar que los tender pueden tener los días contados, por lo menos en el formato con el que se han gestionado hasta la actualidad, y es que los nuevos tiempos pospandemia está suponiendo una auténtica sacudida para la economía.

Los tender que se han planteado y gestionado hasta la actualidad, se han enfocado casi siempre como una suerte de “negociación a la baja” del precio del servicio de transporte contratado. Quien tenga experiencia en estas negociaciones, es conocedor que el objetivo principal del tender era utilizar la fórmula para contratar AL PRECIO MÁS BAJO el servicio, después venían las cuestiones de servicio.

Era muy habitual en los tender, o por lo menos en un buen número de ellos, encontrar peticiones de precios para circuitos de servicios con muy baja lógica y eficiencia. Era notable en muchos casos que estos tender eran gestionados de forma externa por consultoras cuyo objetivo era lograr el éxito del precio más reducido, que era el medio por el cual cobraban sus servicios (por éxito o porcentaje de reducción del precio).

Pero hoy día la situación económica mundial está cambiando de forma tan rápida, que se están añadiendo nuevos factores que hacen fluctuar los mercados. Esta fluctuación choca de manera frontal con la filosofía del tender (precio reducido y estable durante un tiempo determinado, compensado por un volumen de servicio determinado para ese periodo).

Los cargadores no pueden garantizar ese volumen de transportes, envíos o embarques que antes si podían, debido a esa fluctuación. Y, por otro lado, los proveedores de transporte, no pueden ofrecer unos precios estables, principalmente porque la crisis de las materias primas tiene como consecuencia un alza constante de los precios del combustible, haciendo imposible establecer un precio determinado.

Y no hemos hablado de la calidad del servicio, uno de los principales ausentes en los tender, sobre todo cuando estos son gestionados, como hemos dicho por empresas externas que buscan en el proceso el único objetivo de reducir el precio (ellos le llaman reducir el coste). El cliente actual, con la situación actual, tiene incorporado una necesidad creciente de contratar un servicio de calidad.

Hemos publicado en reiteradas ocasiones que en pleno siglo XXI, el tender como tal es una herramienta que debe de ser utilizada de otro modo, no como un “concurso”, sino como una herramienta viva de gestión de servicios (precios/calidad de servicio), y a la cual es vital aplicar nuevas herramientas tecnológicas como Big Data o Inteligencia Artificial.

Como cambian los tiempos, pensar que los tender pueden no ser la mejor opción.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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