El transporte no es ajeno a la falta de mano de obra que sufren los sectores expuestos a labores "manuales", no solo en España, sino a escala mundial.

Una de las tareas con mayor número de vacantes en la actualidad, es la de conductor de camión. Se estima que la escasez de conductores para el transporte de mercancías por carretera puede llegar a duplicarse en menos de 5 años a nivel mundial, siguiendo la información que publica en sus distintos estudios IRU, la Organización Internacional de transporte por Carretera.

Según esta organización, a finales del 2023, la falta de conductores a nivel mundial, se estimaba en cerca de 3 millones, cifra que puede llegar a duplicarse para el año 2028, y sin que exista por el momento indicio alguno de que la situación puede llegar a revertirse, o por lo menos, frenarse. Si lo llevamos a cifras, estaríamos hablando que para el año 2028, la escasez de conductores a nivel mundial, se estimaría sobre los 7 millones, cifra que se antoja imposible de cubrir, y menos con las políticas actuales.

Las distintas necesidades de los países

Queda claro que el problema es que los nuevos conductores que se incorporaran al sector, no cubre a los que lo abandonan, de los cuales, un número muy significante, lo hace para trasladarse a otros sectores, siendo ese el principal problema. Se estima que en Europa, la carencia actual está sobre los 750.000 conductores, una cifra que impacta sobre las propias empresas de transporte (un número importante de empresas con flota propia, tienen dificultades para cubrir los puestos, teniendo por ello camiones, pero no conductores), y como no, impacta sobre la cadena de suministro, y la economía en general.

Otros países, como China o Estados Unidos, tienen necesidades todavía mayores en cifras, pero no es posible hacer una comparación con la situación en Europa. China, con una población de 1.000 millones de personas, puede con esfuerzo, lograr incorporar por ejemplo 5 millones más de conductores, hablamos de un bajo porcentaje de su población activa. En cambio, para Europa, o incluso para España, con una población de 45 millones, encontrar 100.000 conductores, tiene mayor dificultad.

Pese a todo, el problema, afecta a todas las empresas de transporte de mercancías por carretera (en algunos estudios, se llega a publicar que en España el 70% de las empresas tiene muchos problemas para contratar conductores). Esta cifra es superior al de otros países, incluso europeos, las opciones profesionales en España, pese a su nivel de desempleo (oficialmente en el 12%), hacen que encontrar otro trabajo, con ingresos similares, pero mejor calidad de vida, no resulta difícil.

El dinero

El dinero, los costes, los ingresos, son, al final, una de las principales líneas de trabajo que se abordan cuando se analiza este déficit de conductores. Desde las asociaciones de transportistas o sindicatos, se declara abiertamente que si las retribuciones fueran superiores, añadiendo una mejora en las calidades de vida (menores recorridos, mayor rotación para poder descansar en casa, etc.), se podría atraer a un número importante de trabajadores de otros sectores.

Por su parte, desde las asociaciones de transporte, se aduce a la crítica situación del sector y las empresas, que se enfrentan a costes empresariales cada vez mayores (salarios, peajes, combustible, vehículos, etc.). Esto hace que no sea posible aumentar las retribuciones a los conductores, de no ser que los clientes/cargadores puedan asumir un ajuste al alza de las tarifas, cuestión que ya declaran que es muy difícil, y más, en una coyuntura económica como la que se está produciendo en el final del 2023, y tiene previsión de ser igual durante una buena parte del 2024.

Y también el dinero, paradógicamente, puede ser un aliado temporal para paliar la situación. La desaceleración económica requiere de una menor demanda de transporte, por lo que la demanda de conductores, temporalmente, puede reducirse. Pero estaremos ante una situación de coyuntura, si la economía tomara la dirección opuesta a la actual (hacia arriba), las tensiones aumentarían de forma exponencial, y lo único que se habría logrado, sería, un aplazamiento del problema, una cronificación del mismo.

Carlos Zubialde

contacto@informacionlogistica.com