Alguno podía pensar que esto era como el cuento del lobo, eso si, olvidando el final del mismo -que el lobo llegaba-. Por mucho sector estratégico que se defina a la logística y el transporte, la realidad es que la falta de personal cualificado ya no es una posibilidad, es una realidad.
El problema de la falta de personal experto en áreas específicas, con amplios conocimientos logísticos y de transporte, no es algo nuevo. Se aprecia de forma muy acusada la falta de ese personal experto, no solo en áreas como las operativas, también en otras de cada vez mayor importancia como las relacionadas con la transformación digital o la ciberseguridad.
La falta de este tipo de perfiles lastra a las empresas logísticas frente a otros competidores europeos, que llevan ya una cierta ventaja al haber incorporado perfiles profesionales, sobre todo formados de forma intensa en lo que se podía llamar "nuevas herramientas digitales", imprescindibles hoy día para cualquier sector, y más para uno tan puntero como lo es la logística y el transporte.
Otra vía de trabajo para poder paliar de forma puntual el problema del personal cualificado eta en la formación de nuevas generaciones de profesionales, siendo incorporados con una baja experiencia en logística o transporte, pero que poseen una fuerte formación en el uso de y conocimiento de las herramientas digitales.
Esta opción se suele contemplar como el "último salvavidas", ya que precisa de un periodo de formación de la persona incorporada, una inversión por parte de la empresa, de sus recursos para esa formación, y además no garantiza que los conocimientos sean interiorizados de forma completa hasta pasado un tiempo de entre 6 y 12 meses, lo que hace que sea una inversión a largo plazo cuando las empresas ya tienen el problema de la falta de personal cualificado encima de la mesa .
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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