Los flujos logísticos mundiales de transporte con temperatura controlada han experimentado unos fuertes incrementos en los últimos años. No es raro encontrar en nuestros supermercados productos hortofrutícolas cuyo origen se sitúa a miles de kilómetros de distancia, y esto es debido al crecimiento relevante que las compañías logísticas y de transporte han experimentado para poder transportar esos productos en óptimas condiciones desde su origen hasta destino.
No podemos esconder que el transporte con temperatura controlada es una forma de transporte complicada y que precisa de un mayor control, sobre todo el que debemos de tener con la temperatura de la carga mientras esta es manipulada en los centros logísticos de cross docking y durante el transporte.
Este tipo de transporte lo encontramos en cualquiera de las 3 formas conocidas (aéreo, marítimo y terrestre), pero sea cual sea la modalidad de transporte, en todas ellas es imprescindible tener el control y monitorización sobre la temperatura de la carga transportada, así como otros valores asociados tales como la humedad o la luz.
Actualmente, el tipo de productos que pueden ser transportados con temperatura controlada son muy variados; encontramos desde los habituales productos perecederos para el consumo humano o los productos farmacéuticos, pero también podemos encontrar productos químicos o cosméticos. En todos los casos, el transporte debe de garantizar que la cadena de frío NO SE ROMPE, es decir, que durante todo el proceso logístico y de transporte, la mercancía ha estado dentro del rango de temperatura necesario para poder mantener sus propiedades, sin que esa "cadena de frío" se haya detenido en ningún momento. Y además de garantizar ese proceso, es necesario aportar la documentación de la trazabilidad que justifica el mismo.
En el transporte terrestre, los medios que se precisan para poder garantizar la cadena de frío implica que tanto los vehículos como los almacenes logísticos deben de estar dotados y equipados con sistemas de refrigeración o congelación (dependiendo de la temperatura que precise el producto). En los camiones es habitual encontrar zonas separadas de temperatura, pudiendo transportar en una zona del remolque mercancía congelada y en otra temperatura de frío.
Cada vez es mayor la seguridad que se aplica en el transporte de este tipo de mercancías, las legislaciones como la farmacéutica obliga a disponer de unos medios no precisamente económicos para poder realizar la actividad del transporte, costes que habitualmente el cliente final también ve repercutido en la factura del servicio o del producto que adquiere.
Artículo de Carlos Zubialde
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