Muchos son los informes, de todo tipo, indicando lo poco sostenible que está siendo el actual marco de trabajo en la distribución de última milla, sobre todo en ámbitos urbanos. Los movimientos por una mayor sostenibilidad medioambiental son cada vez más intensos, no tanto en ámbitos económicos o sociales como puede ser la situación de muchos mensajeros y repartidores.
Uno de los puntos a los que mayor importancia se le comienza a dar desde las instituciones municipales (verdaderos regidores en este ámbito), se centra en la libertad de horario y acceso a las ciudades. Por eso, algunos municipios comienzan a poner algún tipo de restricción, sobre todo los relacionados con el nivel de contaminación de los vehículos.
Este tipo de legislaciones solo aportan una solución parcial; prohibir el acceso a un tipo de vehículo no impide que otros menos contaminantes accedan con un 20% o 30% de carga, con lo que en la práctica, únicamente se cambia de tipo de vehículo, pero no se reduce ni el número de vehículos, ni tampoco una reducción sustancial de las emisiones.
La situación cambiará en los próximos años, se va a terminar la actual, ya que los ayuntamientos van a introducir normativas que afectarán de forma directa a la distribución de última milla. Uno de los problemas será la falta de unificación de los criterios, como hemos indicado, es responsabilidad de cada uno de los ayuntamientos la regulación y legislación en materia de acceso a las ciudades, pero queda claro que la gran mayoría de las nuevas normativas de acceso que veremos en pocos años, tendrán como objetivo impedir la entrada de vehículos en gran parte de los núcleos urbanos, sea de manera indefinida o temporal.
Con este inicio, el siguiente punto que veamos estará relacionado con esa forma de acceso a los núcleos urbanos, lo que afectará de forma directa a la logística urbana, la última milla, y como no, al comercio electrónico. Encontraremos normativas que impedirán el acceso de vehículos de combustión en horarios determinados; podremos encontrar otros municipios donde el acceso solo estará permitido para vehículos eléctricos; e incluso, casos donde el acceso esté completamente prohibido para vehículos y únicamente la distribución pueda ser efectuada por medios sostenibles como la ciclologistica.
Estos nuevos escenarios, que en pocos años se instalaran en la mayoría de las ciudades, hará que la cadena logística tenga que ser replanteada. Los servicios de compra por ecommerce con entrega gratuita en domicilio posiblemente pasaran a ser servicios “premium”, bajo el pago de un canon que pueda subsidiar los costes de una nueva logística de última milla e incluso de última yarda.
Esta situación no es desconocida para las empresas de transporte y logística en España, ya están trabajando en soluciones de distinto tipo; algunas incorporan vehículos ecológicos a sus flotas, o se apoyan en empresas especializadas en ciclologistica o en distribución urbana sostenible con vehículos 100% eléctricos. Por el momento, están asumiendo los costes de este cambio de situación, pero no se esconde que en el futuro, las entregas en núcleos urbanos, a domicilio o las devoluciones de logística inversa, tendrán que ser cargados con un coste añadido.
De igual forma, las principales redes de transporte están haciendo un importante esfuerzo por crear su propia red de puntos de conveniencia, sea por medios propios sea mediante una asociación con otras empresas de ese ámbito. No obstante, el uso de los clientes de este tipo de soluciones sigue siendo todavía minoritario frente a la entrega en domicilio, aun y cuando el esfuerzo por ofrecer este servicio a los clientes de ecommerce sigue siendo relevante.
La gran duda es si el ecommerce está preparado para asumir estos cambios, asumir los nuevos costes y como repercutirlos al cliente.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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