Costes disparados, así es como se ve desde el sector del transporte la realidad del día a día, y es que la escalada, que se viene produciendo desde trimestres anteriores, tiene previsión de seguir en la senda al alza durante el 2024 si no hay un cambio radical.
La situación no solo se refleja en los datos de los distintos estudios y observatorios como el que realiza el Ministerio de Movilidad, Transporte y Sostenibilidad, entre las empresas de transporte y sus equipos de dirección también se aprecia no solo el alza de los costes, sino también una clara ralentización de la actividad.
Hace unas semanas en una encuesta publicada por ASTIC (Asociación de Transporte Internacional por Carretera) entre las empresas del sector, revelaba por ejemplo que menos de 1 de ca 4 empresas tenía confianza en que la actividad creciera en el 2024 (un 23.10%), otro porcentaje igual piensa en que decrecerá ( mientras que casi la mitad cree que no tendrán grandes variaciones en los tráficos y facturación. Pero por contra, el 96% de ellos sí coincidían en afirmar que en el 2024 esperaban tener mayores costes asociados a su actividad, y en concreto, el 77% que la subida de costes será de entre el 5% y 10%.
Este punto tiene una importancia vital, sobre todo entendiendo que los márgenes operativos de las empresas de transporte se han ido reduciendo, y que en muchas ocasiones están por debajo del 10%, por lo que un alfa de costes en esos porcentajes, atacaría directamente a la propia supervivencia de un buen número de empresas.
Según el último indicador europeo de tarifas de transporte por carretera que realizan IRU, Upply y Ti los costes del sector del transporte han aumentado durante los últimos 3 años: mano de obra (+ 28,2 %), mantenimiento y reparación (+ 20,4 %), neumáticos (+ 21,6 %), piezas de repuesto (+ 13,5 %) y seguros (+ 8,7 %). Y fuera de estos costes, nos quedarian por ir añadiendo el alza en otros aspectos como los costes financieros, los peajes y los nuevos "ecopeajes" como el de Alemania para este 2024, o incluso el alza del precio de los camiones.
“En este listado de costes habría que añadir también los relacionados con las cotizaciones sociales, el precio de los camiones, el coste financiero y los nuevos peajes basados en las emisiones de CO2 que países como Alemania ya han puesto en marcha desde el pasado 1 de diciembre; un sistema tarifario hasta un 83 % más caro para los transportistas que el de antes”, destaca Valdivia, quien añade que “todos estos costes disparados continuarán erosionando la capacidad de mantener los márgenes de las empresas españolas de transporte por carretera”.
Es precisamente en la renovación de flotas donde se está planteando una situación crítica, no solo por el coste de los camiones y de la renovación propia de la flota, sino también toda la incertidumbre que se está creando con los planes de descarbonización del transporte impuesto por la Unión Europea, que está generando una importante incertidumbre, que está haciendo que las inversiones en flota se estén ralentizando.
Como se puede observar, las nubes de color negro son más cuantiosas que las buenas noticias, la escasez de conductores, el incremento de los costes sociales/laborales, la falta de armonización legislativa europea y nacional, la escasez de áreas de descanso y parkings seguros para camiones, la transición energética y los peajes/ecopeajes, hacen prever que el 2024 puede ser (ya está siendo), un duro año, pero con la esperanza que en la segunda parte los tipos de interés puedan reducirse, reactivando parcialmente la economía, con el beneficio que eso supondría para el transporte.
Carlos Zubialde
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