Lush implementa una cadena de suministro ética y sostenible con prácticas innovadoras y digitalización
Lush apuesta por una cadena de suministro ética y sostenible, integrando prácticas innovadoras, digitalización y respeto por el medio ambiente en toda su producción.

Desde su fundación en 1995, Lush ha mantenido un compromiso firme con la producción de cosméticos éticos, utilizando ingredientes naturales y promoviendo prácticas sostenibles en toda su cadena de suministro. La planta de producción ubicada en Poole, Dorset, es el núcleo logístico de la marca, donde se fabrican más de 40 millones de bombas de baño anualmente, todo con un enfoque en el respeto al medio ambiente y a los derechos humanos.
La estrategia de aprovisionamiento de Lush prioriza modelos de cadena corta, ejemplificada en la recolección manual de arándanos en granjas locales cercanas a la fábrica. Estos frutos se congelan rápidamente tras su recolección para conservar sus propiedades, demostrando cómo la tradición y la innovación pueden coexistir en la logística alimentaria aplicada a la cosmética. La empresa trabaja con más de 1.000 proveedores globales, supervisados mediante auditorías, visitas en sitio y herramientas digitales como Authenticate, asegurando que cada materia prima cuente con certificaciones éticas, especialmente en productos de riesgo como el cacao.
La capacidad interna para desarrollar nuevas formulaciones permite a Lush evitar cuellos de botella y responder ágilmente a cambios externos, como las crisis en la cadena del cacao. La integración de herramientas digitales con decisiones humanas fomenta una cultura de colaboración constante y flexibilidad. Durante períodos de alta demanda, como Navidad o San Valentín, la plantilla se duplica para garantizar la frescura y calidad, vendiendo los productos en menos de tres meses desde su fabricación.
En línea con su compromiso de sostenibilidad, Lush busca que el 80% de sus envíos se realicen por vía marítima, reduciendo significativamente las emisiones de carbono. Además, cuenta con centros especializados, como Green Hub, que facilitan el compostaje y valorización de residuos de producción, transformando estos desechos en recursos útiles. La utilización de envases compostables y productos sólidos, junto con criterios ESG en toda la cadena, refleja la prioridad de la empresa por disminuir su impacto ambiental en cada paso del proceso.
Detrás de cada producto, Lush opera un sistema logístico complejo y ético que combina eficiencia y responsabilidad. La aplicación rigurosa de prácticas ESG en todas las fases, desde la adquisición hasta la distribución, permite crear productos fáciles de transportar y de bajo volumen, ayudando a mantener la frescura y calidad. La gestión de productos virales como Super Milk o Sticky Dates demuestra la efectividad del enfoque ágil que combina innovación tecnológica y decisiones humanas, consolidando a Lush como un ejemplo destacado en el sector de la cosmética ética y la logística sostenible.