El Gobierno de Portugal ha dado un paso significativo en la gestión de su infraestructura viaria al eliminar los peajes en gran parte de su red de autopistas y autovías. Esta decisión es el final dl modelo que se implantó en 2010 durante el periodo de rescate europeo y la intervención de la troika comunitaria. Los peajes, que son electrónicos, arcos en concreto, se aplicaron a numerosas carreteras con el objetivo de recaudar fondos para enfrentar la crisis financiera del país. Ahora, estas tarifas han sido suprimidas en varias vías estratégicas, una medida que ha sido recibida con satisfacción por diversos sectores, especialmente el del transporte.
Desde enero de 2025, los peajes que han sido eliminados en autopistas y autovías clave de Portugal, son las que son consideradas interiores o en tramos donde no existen alternativas viables para garantizar un uso seguro y de calidad. Las vías que ahora están exentas de peaje incluyen:
- A4 (Transmontana y Túnel do Marão)
- A13 y A13-1 (Pinhal Interior)
- A22 (Algarve)
- A23 (Beira Interior)
- A24 (Interior Norte)
- A25 (Beiras Litoral y Alta)
- A28 (Miño, tramos Esposende-Antas y Neiva-Darque)
Es importante destacar que los peajes se mantienen en el entorno de Oporto, específicamente en las vías A28 (tramo Esposende-Oporto), A41, A42 y A29.
Otra de las principales ventajas de esta medida es la mejora en la seguridad vial. La eliminación de peajes permite una redistribución más eficiente del tráfico, tanto privado como profesional, entre las carreteras nacionales y las autopistas. De este modo, los conductores pueden seleccionar la vía más adecuada en función de la distancia y el destino, en lugar de basarse exclusivamente en criterios económicos.
La decisión de Portugal también encuentra eco en las iniciativas que se han llevado a cabo en España. En los últimos años, el Gobierno español ha eliminado progresivamente peajes en varias autopistas, incluyendo la AP-1 (Burgos-Armiñón), AP-4 (Sevilla-Cádiz), AP-2 (Zaragoza-Mediterráneo) y AP-7 (Alicante-frontera francesa). Estas medidas buscan fomentar una mayor accesibilidad y mejorar la competitividad del transporte terrestre, aunque en España el proceso ha sido más gradual y limitado en alcance.
Beneficios económicos y logísticos
La eliminación de los peajes, además de mejorar la seguridad vial, también tiene un impacto positivo en la economía del transporte. Los transportistas, al reducir algunos de los costes operativos al evitar tarifas adicionales por el uso de autopistas, mejora su rentabilidad. En el caso específico de Portugal, la supresión de los peajes en vías interiores favorece a las regiones menos desarrolladas, promoviendo una mayor cohesión territorial y facilitando el acceso a zonas rurales.
A pesar de los beneficios inmediatos, la eliminación de los peajes también plantea algunos importantes desafíos. Uno de los principales es el financiamiento del mantenimiento de la infraestructura viaria. Sin los ingresos generados por los peajes, el Gobierno portugués deberá garantizar que las autopistas y autovías se mantengan en condiciones óptimas, lo que podría implicar un aumento de los presupuestos públicos destinados a este fin.
Asimismo, la medida podría generar un aumento significativo en el tráfico de las autopistas, lo que requerirá una planificación adecuada para evitar posibles problemas de saturación. Además, será fundamental evaluar periódicamente el impacto de la medida para garantizar que cumpla con los objetivos de mejora en la seguridad vial y la eficiencia logística.
En definitiva, es una buena noticia no solo para el transporte en el país vecino, pero plantea importantes desafíos y retos cuando se plantea el mantenimiento de la vía e infraestructuras, por lo que es posible que el Gobierno de Portugal tenga que establecer futuros nuevos impuestos para el mantenimiento de esas vías.
Carlos Zubialde
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