Para quien gestiona transporte dentro de la cadena logística, la pregunta siempre es la misma, qué es mejor, ¿tener una taifa fijas y estables para un periodo como un año o tener cotizaciones ad hoc en cada momento?

Lo que podemos decir es que no hay una sola respuesta, ni tampoco una de las dos opciones sea mejor que la otra. Todo depende, por un lado, del perfil del comprador/usuario de los servicios de transporte, la empresa, su mercado, su circuito logístico o el tipo de mercancía. Cada empresa, situación y tipo de transporte, tiene su característica.

Los usuarios de servicios de transporte aéreo, saben que las cotizaciones de la carga aérea son spot o por cada envío, debido a que las aerolíneas cambian sus costes de forma diaria porque están expuestas a costes cambiantes como el combustible. Si los envíos aéreos con de paquetería, al ser estos gestionados en un circuito logístico determinado (recogidas, hubs de cross docking, horarios, etc), habitualmente podemos encontrar tarifas estables.

Dentro del transporte marítimo, cada vez se trabaja más con precios puntuales o tarifas estables pero de un recorrido temporal reducido. Esto viene provocado por los importantes cambios en la geopolítica mundial, que hace que rutas o cadenas de suministro, que hasta hace unos pocos años, eran muy estables, se ven alteradas. Estas alteraciones están siendo utilizadas por las compañías navieras para ir modificando sus tarifas, intentando maximizar sus beneficios, por lo que son las propias navieras las que, en los últimos años, están empujando al mercado hacia un modelo de precio spot.

Si hablamos de transporte terrestre, deberemos de diferencial el subsector. Todos los flujos que tengan un circuito ya establecido, como la paquetería, la paletería o el grupaje internacional, tienden a ofrecer tarifas estables y de un periodo anual. Las últimas situaciones no han alterado mucho la sistemática de trabajo de este tipo de compañías de transporte cuando hablamos de tarifas y precios.

Pero si hablamos de carga completa, los modelos de precios puntuales cada vez ganan más terreno frente a las tarifas estables. El motivo fundamental es que el cliente, cada vez tiene menos frecuencia de venta, lo que su volumen de compra de materia prima es menor, y su circuito logístico de posicionado de producto final a cliente o mercado, se está resintiendo. En la práctica, esto supone que el cargador, que antes del Covid 19 podía tener una frecuencia de 3 o 4 veces por semana (y que lograba una tarifa estable), ahora tiene 2 salidas únicamente.

Ante esta situación, el cliente debe de decidir si prefiere lograr una tarifa estable, o ir al mercado en cada momento, teniendo la tarifa de ese momento, que puede ser mejor que su tarifa estable en situaciones de muy baja demanda (más camiones que cargas), pero que será más alta en situaciones de alta demanda (más cargas que camiones).

No podemos decir que es mejor, cada cliente debe de determinar cuál cree que es la mejor operativa para su caso, porque en ocasiones se nos olvida que la gestión de la tarifa puntual o spot, precisa de una gestión por parte de nuestro personal, y que eso también supone un coste para la empresa, que en la mayoría de las ocasiones no se tiene en consideración.

Carlos Zubialde

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