El cuidado del vehículo es y debe de ser una de las preocupaciones más importantes por parte de los profesionales del transporte; no en vano estamos hablando tanto de su medio de vida, como del elemento más importante en su seguridad personal.
Es habitual que el profesional, al igual que la gran mayoría de conductores, se fijen en aspectos como el dibujo de los neumáticos, los niveles de los líquidos de frenos y refrigerantes, o los posibles ruidos que se den en alguna parte del vehículo. Y en ocasiones se olvidan de revisar el estado de una de las piezas más importantes del vehículo: los cristales, y más en concreto, la luna delantera.
Si en mitad de un trayecto sufres algún impacto en el cristal que provoque una rotura en el mismo, has de tener en cuenta que conducir con una luna delantera en mal estado es francamente peligroso; la luna delantera ofrece la protección precisa frente a las inclemencias externas, y nos permite poder tener un amplio campo visual, imprescindible en la conducción. Por ello, en un primer momento habrás de valorar la influencia del impacto en cuanto a visibilidad y otros factores, para decidir si modificar tu ruta para reparar o sustituir la luna en el taller Carglass más cercano o solicitar cita para cuando finalices el trayecto.
De cualquier forma, mantener el parabrisas en buen estado es fundamental para nuestra seguridad y para la seguridad del resto de conductores y peatones con los que nos cruzaremos en nuestra ruta de reparto, por ejemplo.
En la conducción suele ser habitual que ciertos elementos como piedras pequeñas sean arrojados de forma involuntaria por otros vehículos hacia nuestro parabrisas (si por ejemplo nos cruzamos con un camión de obras y escombros o transitamos por una carretera no asfaltada). Esa piedra que impacta en nuestro parabrisas puede crear una micro rotura en el mismo, que aparentemente no parece grave, pero que puede terminar siendo un serio peligro para nuestra seguridad.
Reparar o cambiar el parabrisas
Cuando se dan estas situaciones, es lógico que nos planteemos qué es mejor: si instalar un parabrisas nuevo o simplemente reparar el daño producido por esa piedra que nos saltó al cristal. Para tener la respuesta correcta, es preciso acudir a un especialista, es decir, a un taller especializado donde nos informaran si es mejor una reparación o una sustitución de lunas. Para ello entran en juego varios factores, desde el daño que tiene la luna, la gravedad del mismo, e incluso la rapidez.
Otro punto importante a tener en cuenta para determinar si la sustitución de la luna es necesaria, está sujeto al tipo de daño que ha sufrido. Los daños más habituales son:
1-Fisura: es ese pequeño golpe del que hablábamos anteriormente, la que con el impacto acaba rompiendo la primera capa de la que está compuesta la luna. Dependiendo de la profundidad de la fisura, si esta tiene una profundidad suficiente como para penetrar en la capa interna, es posible que tengamos que sustituir el parabrisas.
2-Grieta: La grieta a diferencia de la fisura, la distinguimos por ser una línea, que normalmente comienza siendo pequeña, pero que con el tiempo termina creciendo, por el efecto de los elementos externos como las temperaturas, los cambios bruscos de las mismas etc. Con este problema, la sustitución terminará siendo una realidad tarde o temprano.
3-Rayaduras: A diferencia de las grietas, las rayaduras son marcas que terminan apareciendo en la luna por efecto del tiempo y el uso. No entrañan un peligro como la grieta o la fisura, pero sí reducen la potencial visibilidad, lo que finalmente es un peligro.
4-Deslaminado: estos son los problemas más habituales de fabricación, si se detectan los mismos, es necesario comunicar al fabricante la situación para la sustitución de la luna.
Como podemos apreciar, diferenciar entre un golpe pequeño que puede ser reparado de un impacto de importancia , se determina por el daño causado. Para ello, en los talleres autorizados se trabaja teniendo en consideración el tamaño del daño, por eso es imprescindible acudir cuanto antes a uno cuando tengamos un percance, estos profesionales nos podrán dar luz sobre el daño real y determinar cuál es la mejor opción, sustituir la luna o reparar la misma.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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