Desde las instituciones públicas, así como desde la propia compañía, se lleva tiempo diciendo que Renfe Mercancías está en búsqueda de un “socio”, que le pueda acompañar en el crecimiento como alternativa a los transportes más masivos, sobre todo al transporte terrestre.

La realidad es algo distinta, todos los movimientos parecen ir en la dirección de una venta, posiblemente “encubierta” primero como una colaboración que termine con la absorción de Renfe Mercancías por parte de su socio.

No se puede decir que la situación de Renfe Mercancías sea la más halagüeña: la perdida de presencia como alternativa de transporte hace que su posición sea casi “anecdótica” dentro del mercado del transporte. Y para colmo, su cuota de mercando dentro del transporte ferroviario sigue a la baja (se estima que en los últimos 5 años ha pedido una cuota de mercado aproximada del 15%).

Es verdad que, aun y todo, sigue controlando el 51% de la mercancía que se transporta por ferrocarril, pero reiteramos que es una cifra casi anecdótica por el bajo volumen de mercancías que se llegan a transportar.

¿Quién se lleva el gato al agua?

Como se manifestó en su momento, Renfe Mercancías pretende una alianza con un socio que le permita ampliar sus servicios e influencia, hasta convertirse en un operador logístico multimodal. Encontrar un socio no es nada sencillo, los candidatos son pocos y el “príncipe azul”, en verdad, no existe.

En la actualidad hay 3 compañías que son las que están pujando por esa alianza, que repetimos, puede ser la puerta de entrada a una posible adquisición total. La sorpresa para algunos será que los 3 pretendientes, son compañías navieras, MSC, CMA-CMG y Maersk, casi nada.

La aproximación en los 3 casos es distinto hacia Renfe Mercancías: MSC lo hace mediante su empresa Medway, que es competidor directo de Renfe Mercancías en el mercado ibérico; CMA-CMG ya es socio de Renfe Mercancías en una compañía compartida llamada Construrail, lo cual le puede dar una cierta ventaja al ser ya un socio conocido, y además en una empresa constituida y en funcionamiento; y por último estaría Maersk, el gigante de los mares que no quiere quedarse fuera de la jugada, aunque no tenga nada en el mercado español dentro del sector ferroviario o intermondal, como lo tiene en otros países.

Parece ser que es MSC el que tiene una ligera ventaja, ya que es propietaria del primer operador privado de carga ferroviaria en España, peo esto podría suponer un problema de libre competencia: al sumar los porcentajes de mercado de ambas empresas, estarían en una posición dominante del mercado, por lo que es posible que los otros competidores denunciaran la situación ante las autoridades Europeas, muy celosas de mantener la libre competencia en los mercados. También es posible que la operación saliera adelante, eso si, con una serie de restricciones.

Las navieras se destacan

Los últimos brillantes ejercicios que están teniendo las compañías navieras, está trasladando su particular guerra hacia otros escenarios como el del ferrocarril en España. Ninguna de las 3 potencias desea quedarse fuera de juego, en un elemento tan primordial como lo es el transporte ferrocarril, tanto para su propia actividad de carga y transporte de contenedores, como alternativa a futuro del transporte terrestre.

Sus inversiones demuestran su voracidad, pero también su claridad estratégica, al entender que el ferrocarril puede jugar en el futuro un papel determinante como elemento de comunicación logística.

Veremos que ocurre, en principio, Renfe Mercancías desea cerrar el proceso en los primeros meses del 2023

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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