Alguno puede pensar que es una broma, pero es real, Renfe Mercancías existe de verdad. En un país como España, donde se saca pecho de tener más kilómetros de vía rápida que nadie en Europa, el uso del ferrocarril para el transporte de mercancías, podemos decir que está entre poco y casi nada.
La situación es tal que recientemente, el consejo de administración de Renfe ha aprobado la puesta en marcha de un "proceso de búsqueda" de un socio industrial que pueda dinamizar la división de mercancías. Es decir, después de pasar un número inimaginable de directivos, después de generar un auténtico socavón económico, se agarran a la "última esperanza", buscar alguien que les ayude en poder reflotar o por lo menos maquillar los números.
Si estudiamos el plan estratégico 20182023-2028 que Renfe tiene como roadmap, es posible una lectura muy optimista sobre la división de mercancías, la cual pretenden convertirla en un operador logístico integral, adaptándose a las necesidades dl mercado, con vocación de futuro y permanencia a largo plazo mediante un modelo de gestión compartida con un socio, y además abordar proyectos logísticos no solo en el ámbito nacional, sino también en el internacional.
Como es sabido, el papel lo aguanta todo, incluso decir que quieres ser un operador logístico integral y de referencia, cuando en el año 2020 has tenido unas perdidas de 43 millones de euros, y en el 2021 estas por debajo de las cifras anteriores a la pandemia del Covid19 si hablamos de tráfico de mercancías.
Estemos atentos porque podemos estar ante la primera piedra para una posible privatización y venta de la división de mercancías, los grandes tiburones europeos son conocedores del posible potencial que puede tener Renfe Mercancías en un modelo mixto de transporte. Además las infraestructuras del ferrocarril llegan a todas las ciudades, las mismas donde empieza una batalla por eliminar los vehículos de reparto y buscar alternativas a la distribución.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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