Uno de los temas más hablados en el sector del transporte durante los últimos tiempos se refiere a la gran falta de personal que se sufre, y muy especialmente, cuando hablamos de los conductores y choferes profesionales. SE estima que en España, durante el año 2023 puede haber un déficit de cerca de 20.000 conductores, y eso que es uno de los países con tasas más altas de paro, sobre todo entre la población juvenil.
Es muy posible que muchos no tuvieran la información real sobre la presión que sufren los conductores, sea de transporte de media o larga distancia, sean repartidores de paquetería en una ciudad. Todos ellos viven con la "espada de Damocles" sobre su cabeza: el tiempo.
En referencia a los transportes de larga distancia, una de las principales razones de la presión que sufren es debido al tiempo de conducción prolongado y la falta de tiempo para descansar y recuperarse adecuadamente. Los conductores también se sienten presionados por cumplir con plazos apretados y tener que realizar largos viajes sin tener suficiente tiempo para descansar. Esta presión es ejercida por el cliente como por parte de su propia empresa en muchas ocasiones. Además, pueden sentirse presionados por tener que cumplir con estrictas regulaciones de seguridad y cumplir con los requisitos de carga y descarga que estipula cada centro logístico o fábrica.
Otras razones por las que los conductores sienten la presión laboral incluyen el tráfico denso y la necesidad de mantener una buena puntualidad y eficiencia, así como la necesidad de mantener una buena relación con los clientes y los empleadores. Este punto es de gran importancia, ya que podemos decir que un porcentaje muy elevado de las conversaciones con los conductores, son en tonos de requerimiento, imposición o fiscalización de sus tiempos de transporte. Además, el trabajo de conductor es muy solitario y a menudo implica estar lejos de casa durante largos períodos de tiempo, lo que es un gran desafío.
Es importante que los conductores profesionales tengan acceso a recursos y apoyo para manejar la presión laboral y mantener su salud mental y física. Esto puede incluir programas de gestión del estrés y apoyo psicológico, así como reglamentos y políticas que promuevan el descanso y el tiempo de inactividad para los conductores.
El estado mental de un conductor puede tener un gran impacto en su capacidad para conducir de manera segura y eficiente. Los conductores que están cansados, estresados o distraídos, se sabe por distintos estudios que tienen una menor atención y reacción más lenta, lo que aumenta el riesgo de accidentes de tráfico. También pueden tomar decisiones de conducción imprudentes o no seguir las normas de tráfico adecuadamente.
Además, el estado mental de un conductor también puede afectar su rendimiento a largo plazo. Los conductores que sufren de fatiga crónica o estrés prolongado pueden tener problemas de salud a largo plazo, como trastornos del sueño, enfermedades cardíacas y trastornos mentales.
Las empresas de transporte deben de incluir de forma inmediata programas de gestión del estrés y apoyo psicológico, así como reglamentos y políticas que promuevan el descanso y el tiempo de inactividad para los conductores, si no quieren continuar con el grave problema que supone el déficit de personal en esta posición laboral.
Y no debemos de olvidar que las empresas de transporte también deben de invertir en tecnología que les permita poder planificar y organizar sus viajes de forma "lógica", siendo también parte de las variables de la planificación el bienestar del conductor, teniendo en cuenta no solo el aspecto monetario, atendiendo a otros factores como propiciar que el chofer pueda descansar en su casa terminando un viaje cercano, o no dejando "colgado" ningún chofer el fin de semana en cualquier país o área de servicio.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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