El 2024 viene con fuerza, los costes asociados a la actividad del transporte suben de forma considerable, como el combustible (por la eliminación de la ayuda al gasóleo profesional a partir del 01/01-2024), o la subida de los peajes.

Los peajes suben en el 2024 entre un 5% y un 6.65% dependiendo de la vía, y es que en el 2023, el gobierno limito estas tarifas debido a la crisis energética, pero lo que hizo (y así lo anunció en su momento), es repercutirlo en el siguiente ejercicio, es decir, este 2024.

De esta forma, a partir del 1 de enero, la subida de los peajes corresponde, por un lado, al incremento del IPC (índice de precios al consumo) del 2023, y se le añade el diferencial desde la limitación de los precios para el 2023, que fue del 4%.

Pero ojo, que esta subida no solo será para el 2024, en el 2023, debido a la altísima inflación, los peajes tenían que haber subido cerca de un 9.5%, lo cual era completamente inasumible en ese momento. El Gobierno acordó "topear" la subida en el 4%, y el resto, ir repercutiéndolo en los ejercicios del 2024, 2025 y 2026.

Esto supone, que en enero del 2025 estaremos igual (o peor), y en enero del 2026, será tres cuartos de lo mismo. La situación, si ya es sangrante para el usuario particular, imaginemos ahora para todas las actividades profesionales que deben de utilizar este tipo de vía, como lo es el transporte. La pregunta que se plantea en este momento, es como repercutir esta alza de coste al cliente, al que tenemos que sumar el del combustible, que supone otro 3% adicional.

Las relaciones entre clientes y proveedores de transporte, nunca son sencillas cuando se habla de precios, pero me aventuro en afirmar, que este mes de enero, habrá algunas negociaciones realmente "duras". Y es que todos nos la estamos jugando, el sector del transporte, por su supervivencia, y los clientes, por mantener sus márgenes operacionales.

Otro interesante año el que tenemos por delante.

Carlos Zubialde

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