Parece que todo que se suponía que era tranquilidad placentera cuando se hablaba de la sostenibilidad en el transporte, y el control de emisiones, algunos países como Alemania han levantado la voz para hacer público su disconformidad y oponerse a la normativa.
El gobierno federal de Alemania ha declarado que los compromisos sobre los límites de CO2 para los vehículos pesados, necesitan una mayor apertura a la tecnología y no tanto una normativa de restricción. La consecuencia es que los eurodiputados alemanes recientemente se abstuvieron en la votación de ditas normativas, en modo de protesta. Este resultado tiene una consecuencia inmediata, y es que sin la aprobación de Alemania no se obtendría la mayoría para aprobar el texto, que ya ha recibido luz verde del Consejo de la UE y del Parlamento Europeo.
Detrás de este movimiento está el empuje sobre los combustibles neutros en CO2 como una alternativa más real para el transporte, y no tanto la electrificación de la misma, que supone un cambio radical en todo el modelo de transporte que se conoce hoy día. En la práctica, para las empresas de transporte, esto significa que con los camiones actuales ya pueden contribuir a emisiones neutras en CO2 con el uso de combustibles neutros, en lugar de tener que cambiar o sustituir su flota por camiones eléctricos.
Es cierto que el movimiento por el uso de combustibles neutros como alternativa real y casi inmediata en lugar de la electrificación, está siendo un movimiento que comienza a tomar cuerpo y fuerza, sobre todo en países como Alemania. Desde estos movimientos, se entiende que para lograr una mayor protección medioambiental, es necesario incluir los combustibles neutros en CO2 en los ambiciosos límites que establece la normativa de la Unión Europea.
Los países que proponen el uso de combustibles neutros, creen que dada la situación actual, el Parlamento Europeo y el Consejo deberían aprovechar la oportunidad para reanudar la búsqueda de compromisos, nuevas y complementarias vías con todos los actores del transporte de mercancías por carretera, para ofrecerles una mayor seguridad jurídica y de planificación con soluciones tecnológicamente abiertas como pueden ofrecerse desde el uso de los nuevos combustibles neutros en CO2.
En definitiva, la discusión sobre cuál es el camino más idóneo para reducir las emisiones de CO2 sigue siendo objeto de debate entre los países, porque la normativa planteada, para ser aprobada, necesita la representación o cuota equivalente a un 65% de los habitantes de los 27 países de la Unión Europea.
Carlos Zubialde
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