La sostenibilidad también llega al transporte marítimo; aunque el foco se pone sobre todo en el transporte terrestre, otro tipo de transportes como el aéreo y el marítimo compiten en  niveles de contaminación.

Para poder atajar el problema, la Unión Europea incorpora al transporte marítimo al llamado “mercado de emisiones”, una medida mediante la cual se quiere disuadir en el uso de barcos contaminantes en los puertos europeos incorporando una cuota por cada tonelada de Co2 que emite el barco. Esta tasa verde amenaza sobre todo a los puertos exteriores de la unión Europea como en el mar del Norte, el Báltico, el Mar Negro y el Mediterráneo.

Dentro del mediterráneo el puerto que mayor impacto negativo podría tener por la “fuga” de barcos a puertos no europeos cercanos es el de Algeciras, cuantificándose la potencial perdida de transbordos en un 60% a favor del puerto de Tanger-med para ahorrarse el pago de los derechos de emisión que se estipula en la tasa verde.

La tasa con la que se está trabajando en los documentos preliminares se sitúa en 50€ por tonelada de Co2, que sobre la práctica supone un aumento de coste cercano al 25% por escala. Este incremento del coste impactaría directamente sobre la actividad del puerto, una gran parte de los barcos que actualmente hacen escala en Algeciras, buscarían hacerlo en el de Tanger-med que está situado a muy poca distancia. La autoridad portuaria de Algeciras hace una estimación de perdida de volumen de hasta 300 millones de euros anuales.

Se estima que la medida es correcta, no así su aplicación. Con la actual redacción las navieras tienen alternativas para poder realizar una “fuga” de emisiones, sobre todo en zonas muy próximas a las fronteras marítimas de la unión Europa como son el estrecho de Girbraltar, el canal de la mancha o el mar Báltico. No es de extrañas que los países más afectados como son Alemania, Belgica y España, sean las que han presentado el grueso de las alegaciones a la implantación propuesta de la tasa verde.

En realidad, la aplicación de la tasa verde tal y como está planteada, generaría la fuga de barcos hacia puertos cercanos no europeos, lo cual además de la perdida económica por volumen de mercancía, generaría el efecto contrario al perseguido. Toda la mercancía que es descargada en Algeciras, con destino Europa por ejemplo, deberá de ser trasladado por vía terrestre-marítima desde Tanger hasta Algeciras. Este flujo aumentaría la tasa de emisiones de CO2 además de generar un cuello de botella de dimensiones colosales.

Otra derivada de esta situación es que la externalización de estos transbordos, generaría una especie de “paraísos fiscales del CO2”, generando una competencia desleal hacia la cadena de suministro europea, que no atraviesa precisamente su mejor época desde la llegada de la pandemia del Covid 19.

Lo más viable sería tal y como han manifestado desde la Organización Europea de Puertos Marítimos, abordar la situación de forma global, mundial, y no de forma “local” o europeo, como es el caso. Una medida mundial, de carácter internacional y aplicable a todo el transporte marítimo, sería igualitario para todos siendo más difícil eludir la misma, y eliminando los potenciales paraísos fiscales del CO2, que tan negativos son para la competencia.

De forma práctica, lo que se persigue es que por medio de la Organización Marítima Internacional, se lance una medida a nivel mundial y que los buques no puedan encontrar formas para evitar entrar en el ámbito de la aplicación del derecho de emisión de CO2, cambiando de rutas y haciendo escalas en puertos vecinos NO perteneciente a la Unión Europea, con el objetivo de minimizar los costes.

No solo es intentar esta situación de forma práctica, no haciéndolo se puede abrir la puerta para aumentar las emisiones totales, los barcos que contaminan pueden desplazarse cuando sea posible, suponiendo ello un aumento de las emisiones.

Queda pendiente de conocer el dictamen de la comisión Europea, el periodo de alegaciones se cerró en el mes de julio del 2021, y se espera con cierta impaciencia la llegada de la propuesta de la comisión al parlamento, donde esta tiene que ser estudiada y votada, por lo que no existe una fecha de implantación de la tasa verde por el momento.

Lo que si está claro es que la tasa de modo alguno saldrá adelante, ya que la Comisión Europea tiene claro que el transporte marítimo debe de contribuir a los objetivos de la Unión en materia de sostenibilidad medioambiental mediante la aplicación de un régimen de derechos sobre emisiones de CO2 en los buques de carga. El ámbito de aplicación se estima para buques que hagan escala en un puerto de la Unión Europea dentro de trayectos dentro de la propia unión, y una tasa del 50% de las emisiones del buque para los trayectos que tengan origen o destino NO Unión europea.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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