Cargo Sous Terrain ajusta su estrategia y reduce costos en medio de dudas sobre su viabilidad
Cargo Sous Terrain modifica su plan original para reducir costos y enfrenta dudas sobre su viabilidad, mientras reevalúa su estrategia ante desafíos técnicos y financieros.
Desde su lanzamiento en 2013, Cargo Sous Terrain fue una ambiciosa iniciativa creada en colaboración entre la Confederación Suiza y actores privados, con el objetivo de revolucionar el transporte de mercancías en el país. La propuesta consistía en conectar Ginebra con San Galo mediante una red subterránea de vehículos eléctricos autónomos, que operara de manera continua para reducir la huella de carbono y aliviar el congestionamiento en las carreteras.
Tras más de diez años de planificación y desarrollo, el proyecto enfrentó serias dificultades. Recientes simulaciones revelaron riesgos de congestión similares a los observados en la superficie, lo que generó dudas sobre la viabilidad de la infraestructura. Además, el sistema de recarga por inducción, inicialmente previsto, producía un exceso de calor que requería costosos sistemas de enfriamiento, aumentando significativamente los costes y la complejidad del proyecto.
En respuesta a estos desafíos, Cargo Sous Terrain decidió revisar su estrategia. La nueva propuesta contempla el uso de vagones remolcados por cable, una solución más económica y fiable que las anteriores. Esta adaptación permite reducir el coste total del proyecto de 35 a 25 mil millones de francos suizos, aliviando la presión financiera y técnica que enfrentaba.
A pesar de estos cambios, el entusiasmo de los principales accionistas ha comenzado a decaer. Grandes socios como Migros, Coop, Swisscom y La Poste están reconsiderando su participación y algunos ya han suspendido futuras inversiones en medio de las dificultades y la incertidumbre que rodean la iniciativa.
El paso a los vehículos remolcados por cable representa la última estrategia para mantener vivo un proyecto cuyo objetivo final es disminuir el tráfico de camiones en Suiza. Sin embargo, queda por ver si esta nueva orientación será suficiente para convencer a los actores relevantes y convertir esta ambiciosa idea en una realidad que contribuya a descongestionar las carreteras del país.