En los últimos años, muchos se está hablando del transporte marítimo, sobre todo a raíz de la gran subida de los fletes de este transporte, consecuencia que se inició con la llegada del Covid19.
Mantener el transporte marítimo no es nada sencillo ni barato, en torno al 60% de los costes operativos totales que tiene un buque pueden ser costes de combustible, por lo que todo lo que está relacionado no solo con el precio del combustible, sino también con las operaciones de recarga, más conocido como “bunkering”, son de extrema prioridad para las navieras.
El bunkering es un sistema de repostaje que permite a los barcos rellenar sus depósitos de combustible en alta mar. Estos es posible sobre todo a distintos sistemas, apoyados por buques cisterna que funcionan como si fueran “gasolineras flotantes”. De esta forma, los buques que necesitan repostar, se acoplan al costado de estos buques cisterna, y proceden a efectuar el traspaso del combustible de barco a barco, a través de un sistema de bombeo muy sofisticado.
La mayor parte de los barcos suelen funcionar con motores diésel, pero cada vez es mayor la penetración de otros combustibles como es Gas Natural Licuado o GNL, e incluso motores eléctricos.
Como se puede suponer, el bunkering es una operación de alto riesgo, estando sujeto a distintas normativas tanto mundiales como nacionales, férreamente aplicadas para garantizar un bajo riesgo de vertidos al mar y su consecuente contaminación.
Uno de los puntos más estudiados son los sistemas de medición del bunkering. Por ejemplo, los sistemas tradicionales de medición del nivel de combustible en un depósito de un barco, puede contener un error por el cual las bolsas de aire no sean detectadas correctamente. Este punto es crítico no solo para poder garantizar el caudal de traspaso de combustible, también para que no exista un derrame en el llenado del depósito.
Controlar correctamente los sistemas de medición resultan indispensables también para el control de los costes, más si volvemos a recordar que en torno al 60% del coste operativo total de un barco, es el combustible. Existen opciones en el mercado por parte de compañías como Endress+Hauser , que ponen a disposición de las navieras distintos sistemas de bunkering, basado por ejemplo en el contador de caudal, de forma que s posible realizar una medición exhaustiva y precisa del combustible aireado y traspasado al buque, que es el que cobraran las compañías suministradoras.
El control de costes nunca es un juego de niños para cualquier empresa, pero cuando hablamos del consumo de combustible de un portacontenedor-principalmente en función del tamaño del barco y de la velocidad de crucero-, por ejemplo, si tiene una capacidad de transportar 8.000 TEUs, a 21 nudos de velocidad, consume 150 toneladas de combustible al día.
Es comprensible que tener un correcto sistema de medición de bunkering es esencial.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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