Tomamos como referencia el estudio que ha realizado la compañía DS Smtih que revela que más de 41 M m3 de aire llegan cada año a manos de los compradores españoles debido al mal uso del packaging, es decir, utilizar una caja de mayores dimensiones que la que se necesita.

Esta situación tiene dos lecturas: una primera relacionada con el coste de la propia caja, ya que la materia prima así como el proceso de fabricación de la misma tienen un mayor coste en la actualidad. Este coste se hace más acusado todavía en el caso de los envasees de mayor tamaño, por la cantidad de materia prima y recursos que son necesarios para su fabricación.

Y el segundo punto es el del coste "añadido" de los viajes o repartos extra que se deben de afrontar debido a un envase sobredimensionado. Este exceso de material puede suponer hasta 2.000.000 de viajes de reparto más en España en un año, suponiendo una emisión de CO2 brutal hacia la atmósfera.

El impacto medioambiental es otra de las derivadas negativas de la incorrecta elección del envase, ya que se genera un impacto evitable hacia el medioambiente, además de generar una imagen muy negativa en el cliente final, al comprobar este el uso de un packaging excesivo. Además, el cambio de conciencia existente en la sociedad no admite envases no reciclables y menos, el derroche que supone un envase sobredimensionado.

Por último, el uso de un envase sobredimensionado tiene además un impacto muy negativo sobre las cuentas de la empresa que hace el envío, en ocasiones esa caja cambia de tramo de facturación por su dimensión, por lo que se le aplica el precio de transporte más elevado.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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