La preocupación por la sostenibilidad medioambiental del mundo ya ha dejado de ser algo residual, algo que preocupaba a unos pocos para pasar a ser posiblemente el mayor problema que tiene el mundo. El legado que dejaremos a las generaciones futuras está en manos de lo que se haga hoy, ahora, de cada uno de los actos que realizamos como humanos.

Pero paralelo a esta preocupación medioambiental, también ha crecido otra forma de hacer “economía”, las ventas online son ya una realidad enraizada en toda sociedad moderna, es que llamamos “del primer mundo”, algo ilusorio para países preocupados por cosas más “importantes”, como dar una comida al día a su población.

Esta nueva economía, las ventas online o ecommerce y la sostenibilidad medioambiental están cada vez mas ligadas, aunque lo estuvieron desde el principio, pero no todos lo pudieron o quisieron ver. Los modelos de distribución actual son insostenibles, medioambiental, económica ni socialmente. Los consumidores así lo reconocen, un 54% según el estudio de la EAE Business School "La sostenibilidad en el ecommerce actual", reconocen que el actual sistema no es sostenible; pero luego, después de la declaración de estas buenas intenciones, ¿Qué hace el consumidor?

La realidad es que actúa como la famosa novela de Robert Louis Stevenson, “El extraño caso del Dr Heckyl y Míster Hyde”, se transforma completamente, quiere que su compra de ecommerce le sea entregado en casa, no quiere pagar nada por ello, y que además no se demore más de 24 horas.

¿Cómo podremos cambiar la situación?

Está claro que los hábitos de consumo del comprador español están muy bien enraizadas, cambiar los mismos no resultará nada sencillo. Si además sumamos que los principales actores de las ventas online “empujan” por mantener ese estándar (entregas a domicilio, gratis y en menos de 24 horas), nos encontramos ante un panorama ciertamente difícil, pero no definitivo.

Los cambios también se están produciendo, lentamente es verdad, y como elemento “acelerador” del mismo posiblemente actuaran en el futuro las legislaciones municipales. Hace pocas fechas por ejemplo, el Ayuntamiento de San Sebastian ha publicado su proyecto de cierre y peatonalización de una gran parte del centro de la ciudad para el año 2023, dejando solo acceso al mismo a los vecinos y vehículos autorizados. A la espera de una lectura más detallada del proyecto, esto supone ya de entrada varias situaciones para la distribución:

1-Autorizaciones: el siguiente paso será autorizar solo vehículos eléctricos posiblemente. Y no hemos hablado de el pago por esa autorización….

2-Distribución más costosa (tipo de vehículo, acceso, rapidez etc)

¿Cuál puede ser la consecuencia?

Es posible que podamos ver los primeros recargos por entregar envíos en un domicilio, el coste de la distribución será mayor, y parte de este podría ser trasladado al cliente final. Y también seguramente será un laboratorio para el resto de ciudades, atentas al experimento por si este es exitoso.

Desgraciadamente, el cambio hacia una distribución más sostenible está en manos del consumidor, pero como siempre, terminará cambiando sus hábitos de compra y entrega forzado por la situación (legal y económica). Nos recuerda mucho a lo de las bolsas de plástico en las grandes superficies……

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

contacto@informacionlogistica.com