La regulación del e-commerce se endurece en Europa para frenar los envíos de Shein o Temu
El auge del comercio electrónico ha transformado la manera en que los consumidores acceden a productos de todo el mundo, pero también ha puesto en evidencia desafíos en materia de protección al consumidor, tensiones logísticas, calidad de los productos y sostenibilidad. En respuesta a estos retos, l

El auge del comercio electrónico ha transformado la manera en que los consumidores acceden a productos de todo el mundo, pero también ha puesto en evidencia desafíos en materia de protección al consumidor, tensiones logísticas, calidad de los productos y sostenibilidad. En respuesta a estos retos, la Comisión Europea ha intensificado sus esfuerzos para garantizar que las normativas vigentes se cumplan de manera rigurosa, especialmente en lo que respecta a plataformas de venta online con origen en países fuera de la UE, especialmente China, y como no, con foco en los gigantes de este tipo de ventas como son Temu, Shein o Aliexpress.
Como parte de esta iniciativa, la Comisión ha iniciado una investigación formal sobre las prácticas comerciales del gigante minorista chino Shein. Esta acción se enmarca dentro de una estrategia más amplia que busca mejorar la seguridad de los productos, reforzar los derechos del consumidor y mitigar el impacto ambiental del comercio transfronterizo.
Para lograrlo, Bruselas ha publicado nuevas directrices enfocadas en regular las compras en línea desde plataformas extranjeras. Entre las medidas propuestas destaca la reforma aduanera, que contempla la eliminación de la exención de derechos para paquetes de menos de 150 euros. Esta modificación busca evitar que ciertos vendedores se beneficien de ventajas fiscales que generan competencia desleal con los minoristas europeos y limitan la recaudación fiscal en los Estados miembros. Señalar que los Estados Unidos ha eliminado una exención similar, solo que en su caso la cantidad era de hasta 800 dólares.
Otro de los aspectos clave de la regulación es la seguridad de los productos comercializados en este tupo de marketplaces. Para ello, se plantea la implementación de herramientas de inteligencia artificial que permitan identificar productos que incumplen normativas de seguridad o medioambientales, para que sean denunciados y prohibir su entrada en Europa. Esta acción se complementaría con compras misteriosas y pruebas de calidad que permitan retirar del mercado artículos que representen un riesgo para los consumidores.
Además de la supervisión de productos, la Comisión busca reforzar la transparencia de las prácticas comerciales en el comercio electrónico. En este sentido, se pone el foco en el diseño de páginas web que inducen a compras compulsivas mediante técnicas adictivas, así como en la regulación de los falsos descuentos, una práctica que genera confusión entre los consumidores y distorsiona la competencia.
Desde el punto de vista medioambiental, la UE propone la implementación de un plan de acción que refuerce el Reglamento sobre diseño ecológico de productos sostenibles. Esto permitiría reducir la huella de carbono y el impacto ambiental generado por las importaciones de productos de bajo valor económico, los cuales suelen ser enviados directamente a los consumidores sin un control efectivo sobre su ciclo de vida o su reciclabilidad.
El endurecimiento de la regulación en el comercio electrónico no solo impacta a plataformas como Shein o Temu, sino que también plantea desafíos para el sector del transporte y la logística. La mayor fiscalización de los envíos podría traducirse en un incremento en los tiempos de despacho y mayores costes operativos. Sin embargo, también representa una oportunidad para optimizar las cadenas de suministro y fomentar prácticas logísticas más sostenibles y eficientes para las compañías, aquejadas del minúsculo margen que supone este tipo de envíos.
Bruselas ha dejado claro que estas medidas no serán meros planteamientos teóricos. La Comisión evaluará en un plazo de un año el impacto de las acciones adoptadas y publicará un informe con los avances registrados. Además, se prevé la presentación de una Ley de Equidad Digital que cerrará posibles vacíos en la protección del consumidor en entornos digitales.
El e-commerce sigue evolucionando, y con él, también lo hacen las normativas que buscan equilibrar el crecimiento económico con la protección de los derechos de los consumidores, la defensa de la industria propia y el cuidado del medio ambiente. Queda por ver si es simplemente un brindis al sol o finalmente, las autoridades europeas se toman en serio la situación e implementan las acciones precisas.