No es cuestión de solo citar refranes, pero en el caso de las compañías navieras, la lista de refranes que podemos utilizar es interminable. Y decimos esto al hilo de las noticias publicadas de forma reciente que indican la revisión al alza de los beneficios del gigante Maersk, que ha tenido que revisar al alza ya dos veces sus previsiones de lograr un resultado bruto del negocio de entre 7.000 y 9.000 millones de dólares, cuando antes lo habían establecido entre 1.000 y 6.000 millones.

AP Moller-Maersk dispara sus previsiones por el impacto que está teniendo su subida de precios con la "excusa" de la crisis del Mar Rojo debido a los ataques a los barcos mercantes por parte de los hutíes, así como el desvío de una parte de las rutas con tránsitos superiores. De esta forma, lo que al principio podría parecer como una situación muy crítica para las navieras, se ha terminado convirtiendo en otra nueva oportunidad de negocio, al sacar una buena tajada con la subida de los fletes marítimos que tienen origen en China, por ejemplo.

La tajada es de tal calibre, que en pocos días Maersk ha modificado la previsión de su ebitda dos veces, ya que su previsión inicial para el 2024 era de tener un resultado bruto de entre 1.000 y 4.000 millones de dólares, que revisaron una vez al alza a entre 4.000 y 6.000 millones de dólares, y han vuelto a revisar por segunda vez para situarlo entre los 7.000 y 9.000 millones de dólares.

Y la explicación es lograr este espectacular resultado es sencillo, una fuerte demanda del mercado de contenedores, sumado tanto a lo que está ocurriendo en el Mar Rojo, y sumado a los signos que se aprecian en muchos puertos de Asia de una posible congestión, ha hecho que los fletes hayan sido subidos de forma muy notable, dinero que termina en la caja de las navieras como ya ocurrió durante la pandemia del covid hace unos pocos años.

Desde las navieras se argumenta lo habitual en estos casos, es decir, la falta de equilibrio que existe entre oferta y demanda, cuyo resultado es la subida de los fletes, que en la actualidad han triplicado su coste en comparación con el último trimestre del 2023, y que no tiene pinta de que bajen porque la situación mundial no parece que pueda cambiar a corto plazo.

Se solía decir que la banca siempre gana, y al paso que vamos, la frase tendrá que cambiar para decir que las navieras siempre ganan.

Carlos Zubialde

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