Nadie lo quería, nadie lo necesitaba, pero como era una "novedad", todos nos hemos acostumbrado en la entrega casi "inmediatas" o como máximo en menos de 24 horas de los envíos de ecommerce. Es verdad que en los últimos años, la entrega ultrarrápida se ha convertido en un valor esencial para los consumidores (que, en muchos casos, no es el cliente), quienes demandan la inmediatez en la recepción de sus compras. Sin embargo, la conveniencia individual del comprador, podemos decir que es un lujo; tiene un costo elevado en términos de emisiones de carbono y congestión del tráfico, lo que afecta negativamente al bienestar global de toda la comunidad.
El impacto individual en el bienestar comunitario
La entrega de envíos ultrarrápida puede generar una gran satisfacción en los clientes, pero está llegando a un punto donde es difícil de justificar el despilfarro de recursos que esto supone, más si además la situación se termina convirtiendo en una justificación para descuidar los recursos públicos y afectar negativamente al bienestar de todo el conjunto de la sociedad. Los vehículos de reparto se han convertido en un elemento que obstaculiza el tráfico, ocupa espacios públicos y afecta a la calidad de vida en las ciudades, aunque parece que algunos políticos lo han descubierto recientemente.
Es importante destacar que las calles son un recurso comunitario y que su finalidad debe ser compartida por todos los ciudadanos; es difícil encajar y hacer el equilibrio entre el uso comunitario y el uso individual o incluso el profesional. En este sentido, es fundamental que se tomen medidas para regular el tráfico y la distribución de mercancías en las ciudades, de manera que se garantice la convivencia entre la conveniencia individual y el bienestar comunitario, aunque no exista todavía la "fórmula mágica" que soluciones todos los problemas.
La necesidad de encontrar un equilibrio
Es necesario buscar, fomentar y encontrar un equilibrio entre la convivencia de la comunidad y del individuo, en este caso, por medio de los recursos que genera para que le sea entregado un paquete en su domicilio. Educar a los consumidores para que consideren no solo su conveniencia personal, sino también el bienestar de la comunidad en su conjunto es uno de los objetivos futuros. Los grandes actores del comercio electrónico deben tomar medidas para solucionar estos problemas y garantizar que la entrga a domicilio no afecte negativamente al bienestar comunitario, aunque en este momento, esto se vea como un problema "ajeno".
Esto implica la adopción de medidas de regulación del tráfico, la planificación de rutas de entrega más eficientes y la utilización de vehículos más sostenibles. Debemos encontrar un equilibrio entre la satisfacción individual y el bienestar colectivo, de manera que podamos disfrutar de los beneficios del comercio electrónico sin dañar nuestro entorno, y si no somos capaces de hacerlo por nuestros medios, solo quedara el camino de la regulación legal.
Conclusiones
Como decíamos, debemos encontrar un equilibrio entre la satisfacción individual de la compra online y el bienestar colectivo, de manera que podamos disfrutar de los beneficios del comercio electrónico sin dañar nuestro entorno, aunque estemos en una situación que cada vez es de mayor tensión. Es necesario educar a los consumidores que la entrega en domicilio, y gratis, es un lujo con un coste elevadísimo, social, económico y medioambientalmente. Pero también es preciso educar a los e-commerce, grandes y pequeños, para que regulen sus propuestas, sobre todo las basadas en entregas domiciliarias gratuitas, devoluciones gratuitas y similares.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
contacto@informacionlogistica.com