Los tiempos cambian, aun y cuando algunos puede que no se enteren o mejor dicho, no quieran querer enterarse. El valor del transporte terrestre no es que esté cambiando, ya ha cambiado-que se lo pregunten a cualquier director logístico-.
No entraremos otra vez más en el análisis del camino recorrido, la realidad es que la balanza entre oferta y demanda está completamente desajustada, existe un volumen muy superior de cargas al número de vehículos disponibles. La realidad es que lograr reservar un camión se esta convirtiendo en un ejercicio de riesgo, casi tanto como el de poder contratar el transporte de un contenedor por vía marítima.
¿No te parece que cada vez se parecen más el transporte terrestre y el marítimo?
Es verdad que no podemos decir que sean "gemelos", pero el nivel de similitud es cada vez mayor: la disponibilidad es cada vez menor; los precios del servicio suben no solo por cuestiones "anexas" como el del precio del combustible; y cada vez es más difícil lograr tener disponibilidad.
Un buen número de clientes y cargadores todavía parecen no haber entendido la situación, los cambios y entrada en los accionariados de empresas de capital riesgo en el transporte les tiene que poner en alerta, más teniendo la experiencia que se tiene con el transporte marítimo.
¿Subirán más los precios del transporte terrestre? Si, sin duda ninguna.
¿Hay camiones para todos? No amigos, no hay camiones para todos los servicios. Además, España está en clara desventaja frente a otros países-los grandes flotistas, sobre todo polacos, no quieren bajar a la península ibérica, les es más rentable trabajar entre países del centro de Europa-
Quien no entienda este cambio tan importante, estará cavando su propia tumba.
Artículo de Carlos Zubialde
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