Ofrecer un método de pago contra reembolso en las ventas de ecommerce era una forma sencilla de poder incrementar las ventas, llegando hasta un público que no tenía acceso a las tarjetas de crédito o directamente, desconfiaba de los métodos de pago.
Con el paso de los años, la experiencia del usuario es más fuerte y muchas de las dudas que se podían tener respecto al pago por medios digitales han quedado disipadas. Monederos virtuales, tarjetas de pagos para compras online o poder establecer límites en el pago de las tarjetas de crédito y debido son comunes hoy día, pero aun y todo, los envíos contra reembolso siguen teniendo su hueco en el mercado
Operacionalmente, el sistema parece sencillo, pero en los últimos tiempos comienza a ser cada vez de mayor dificultad sobre todo por los cambios que están introduciendo las entidades bancarias en su atención al público. Cuando hacemos un envío contra reembolso, el mensajero solo hace entrega del mismo al destinatario si este de antemano le paga en metálico la cantidad que el remitente indico que era preciso satisfacer para que el paquete fuera entregado.
El circuito que se inicia en ese momento y hasta que la citada cantidad de dinero es reembolsada al remitente es el siguiente:
- El mensajero llega a su base, donde “líquida” los reembolsos, es decir, entrega el dinero en metálico de los reembolsos que ha cobrado en el día
- La agencia de entrega de la red de transporte hace la misma liquidación con cada uno de los mensajeros o repartidores
- Una vez liquidados todos, es decir, tiene en metálico todo el dinero, debe de “cuadrar” esas cuentan en su sistema, lo que se traduce en detallar todos los envíos que ha cobrado reembolso, conformar las cantidades y detectar los que no se han cobrado, sea porque estén en incidencia de no entrega o sea porque el chofer no cobro el reembolso por ejemplo
- Habitualmente se hace una hoja de reembolso, de forma que la matriz de la agencia de transporte por medio de su programa de gestión sabe los envíos que han sido cobrados.
- Alguien de la agencia de entrega se tiene que desplazar físicamente, con todo el dinero en metálico hasta la entidad bancaria con la que esa marca de transporte trabaje, para ingresar todo ese dinero en la cuenta que la central tiene habilitado para ello.
- El ingreso se hace habitualmente el mismo día de la entrega o como máximo al día siguiente laboral.
- Una vez realizado el ingreso (en ventanilla, esperando la cola pertinente y en el horario que la entidad bancaria estipula), se notifica por medio del sistema el mismo, de forma que la central de transporte ya dispone el dinero en la cuenta para preparar el pago al cliente.
- Una vez verificada la información, la central de transporte emitirá el pago al cliente por los reembolsos ya entregados
Este circuito, que aparentemente parece sencillo, se está complicando de forma muy importante sobre todo por los problemas de atención que están teniendo las entidades bancarias, restringiendo los horarios para poder hacer este tipo de operaciones, así como poniendo pegas a ingresos de cantidades muy elevadas.
¿Sería posible trabajar de otra forma?
Algunas compañías de transporte si han intentado implementar otros métodos “alternativos” para los pagos contra reembolso, no solo para intentar evitar todo ese circuito, sino también para evitar el contacto mediante las monedas, uno de los problemas que se suscitó a raíz de la pandemia del Covid 19.
Los resultados no están siendo muy satisfactorios por las informaciones que se han estado produciendo, aunque el camino todavía es largo, sobre todo si se aplicaran tecnologías de pago tipo Bizum en las terminales de entregas que llegan los mensajeros, de forma que a la llegada del envío, el destinatario hiciera un Bizum a la terminal del chofer en sustitución del pago en metálico.
Veremos si en el futuro las empresas de transporte apuestan por este tipo de tecnología o simplemente, dejan el sistema actual tal cual está entendiendo que el recorrido de crecimiento de este tipo de envíos no justificaría la inversión.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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