La desaceleración que está sufriendo el comercio electrónico está haciendo que incluso Amazon, verdadero rey del sector, vea frenadas sus cifras de ventas, y como consecuencia de ello, frene por el momento algunos importantes proyectos como los nuevos mega-almacenes, así como el freno de la inyección de aportación que hacen de forma anual desde la matriz hacia la filial logística en España, para poder mantener las cuentas correctamente gestionadas.

El frenazo es importante y claro síntoma de que Amazon está observando una tendencia más plana de lo que se puede imaginar para los años futuros. La paralización de nuevos almacenes como el de Zaragoza es un claro demostrativo de ello, a lo que se suma la no aportación desde la matriz europea de las aportaciones anuales que se realizaban a las dos empresas filiales logísticas en España, y que necesitan de las mismas para poder continuar con sus operaciones.

Las dos sociedades logísticas españolas, Amazon Spain Fullfilment y Amazon Road Transport Spain, se encargan la primera de la gestión de los almacenes y las operaciones logísticas que se realizan en las mismas, mientras que la segunda es la encargada de la gestión de transporte de superficie (entre los centros logísticos y los centros de distribución), así como del control del reparto de última milla. Las aportaciones que han ido recibiendo ambas desde su matriz rondan los 1100 millones de euros en el caso de la primera y algo más de 350 millones de euros de la segunda, ambas cifras acumulando aportaciones de los últimos años.

Es claro que la desaceleración del ecommerce le está pasando factura a la compañía estadounidense, algo común a todo el sector y que por ser el principal vendedor mundial, no ha quedado inmune a los tiempos económicos tan convulsos que están aconteciendo. Las cifras siguen "asustando", y es que en el 2022 las ventas de Amazon en España se situaron en los 6400 millones de euros. Es cierto que el porcentaje de venta no fue como en ejercicios anteriores, pero siguen siendo crecimiento.

Precisamente ese crecimiento, y la monitorización del mismo del que están muy pendientes los equipos directivos de Amazon, tanto como para paralizar proyectos de nuevos almacenes, para terminar ajustándose a la realidad de las necesidades de negocio que tienen delante, y como no, para que eso no termine siendo una condena a futuro en sus cifras de negocio.

En ocasiones, incluso terminan planteando operaciones que pudieran ser extrañas hace un tiempo, como alquilar a terceros sus instalaciones (o las que ya tienen en construcción), a fin de intentar generar ingresos y que la inversión no quede en un pozo sin fondo. Tampoco se puede descartar que terminen por ofrecer su servicio logístico como un 3PL al uso, que les permita poder rentabilizar sus operaciones logísticas, que es precisamente el nudo de toda la situación.

Desde sus inicios, la política de Amazona es la de ofrecer un servicio integral y de alto, muy alto valor. La logística es una pieza fundamental en el engranaje de venta, así lo entendieron también desde el principio, y nunca se ha escatimado en que ese servicio sea de alto valor, incluso si su coste era más alto de lo que debería de ser, o de lo que es en el mercado.

Ese gap o diferencia en el coste, ha sido subsidiado siempre con las aportaciones que se han hecho desde la matriz, ya que entienden que el cliente de Amazon, es un cliente integral, por lo que se apoya la parte logística dentro de esa idea de servicio. Y la falta de esas aportaciones, por el frenazo que está teniendo el comercio electrónico, tiene la consecuencia de la paralización de inversiones, y posiblemente, la apertura a nuevos servicios logísticos y de transporte, como nuevas líneas de aportación de ingresos.

Carlos Zubialde

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