Las compañías industriales evolucionaron en las últimas décadas descentralizando gran parte de su actividad hacia países sobre todo asiáticos (China, India, Vietnam...) debido al menor coste de producción. Además este cambio vino también acompasado por el crecimiento de las empresas logísticas, que evolucionaron hasta contar con unos servicios que ofrecían el cubrir toda la cadena de suministro.

Antes de la llegada de la pandemia del Covid-19, los flujos de mercancías de las cadenas de suministro funcionaban casi como un reloj suizo. Toda empresa sabia a ciencia cierta el tránsito marítimo de un contenedor con origen en China y cuyo destino fuera un puerto europeo. Como mucho podía producirse un ligero retraso por mala mar, pero nada que no fuera asumible.

La llegada del Covid-19 trastoco completamente esa cadena de suministro. El cierre de fronteras o el confinamiento de los países han creado unos graves riesgos que antes no existían. Hoy día las empresas corren un peligro de no abastecimiento al no contar con la producción ni la logística que garantice el suministro de los productos.

Algunos analistas están vaticinando el fin de la filosofía "just in time", cuando realmente lo que está sucediendo es una "recolocación" de las cadenas de suministro. El Just In Time sigue existiendo, es una filosofía que está arraigada plenamente, lo que hoy día podemos observar es un "acortamiento" de la cadena de suministro. Ahora no solo se busca una cadena de suministro que garantice una producción económicamente más barata, sino una combinación económica y de seguridad, que permita poder seguir llevando los productos hasta casa del cliente.

Esta "nueva logística" se ve cada vez más presionada no solo por el "cliente", sino también por el consumidor o cliente final, sea este en un ámbito B2B o B2C. El aumento de las expectativas de los consumidores junto con los problemas de las cadenas de suministro muy largas están creando una importante presión. Las empresas están obligadas a trabajar con la problemática de la falta de estabilidad en las existencias disponibles, una nueva variable que antes no existía, o por lo menos, no era tan amenazante.

Para solucionar este problema estamos asistiendo a una variación de la producción, con retorno a países más cercanos. Podemos decir que estamos asistiendo a un acortamiento de las cadenas de suministro, con el objetivo de garantizarse la producción.

Una cadena de suministro más cercada hace que la logística también sea de recorrido más corto. Este acortamiento además de la lógica mejora en los tiempos de tránsito en el transporte, suponiendo una clara mejora en la visibilidad de las operaciones de toda la cadena de suministro. Cuando los bienes se abastecen desde terceros países, hasta que estos no están cargados en un barco, su visibilidad es casi nula. Cuando trasladamos esa cadena de suministro a un origen más cercano, la visibilidad sobre la misma aumenta. El país en cuestión tiene un mayo nivel de compromiso de visibilidad, por ejemplo hablamos de países como la República Checa o Polonia por ejemplo.

Aumento del almacenamiento

Otra línea en la que están trabajando muchas compañías es aumentar sus reservas de mercancía, es decir, aumentar o generar "stocks de seguridad". El concepto de stock de seguridad no es nuevo para los operadores logísticos, pero sí que se esté empezando a utilizar de forma más masiva. Las empresas han visto que teniendo un stock de seguridad pueden mantener los puntos de suministro más cerca de los puntos de consumo. Esta protección frente a la perdida de ingresos que sucede cuando no se puede posicionar el producto en el mercado, hace que merezca la pena aceptar ese "coste".

Mantener un stock de seguridad aumenta el coste logístico, los operadores tienen que repercutir no solo el aumento de la ocupación de espacio de esa mercancía que esta "parada", sino también tienen que repercutir el coste de no disponer de ese espacio para las rotaciones de mercancías, así como los costes salariales asociados.

El coste salarial es el punto donde mayor diferencia podemos encontrar; estos costes son muy elevados en la mayoría de países de Europa, por lo que los operadores logísticos ofrecen a sus clientes las instalaciones situadas en países de Europa del Este, donde los costes laborales son menores, y la conexión con los principales mercados europeos es de calidad.

Aun así, esta "nueva etapa" generada por la pandemia ha sido un buen momento si miramos a los recursos que disponen para sus clientes las empresas logísticas. La gran mayoría de compañías dedicadas a la logística además de aumentar sus recursos, han apostado de una forma muy intensa por incorporar nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial o el Big data a las operaciones logísticas.

El ecommerce B2C y B2B

El último factor que podemos apuntar para este nuevo escenario de "stocks de seguridad" es el muy importante crecimiento de las operaciones de ecommerce tanto en ámbito B2C como B2B. La pandemia aceleró el crecimiento de las ventas online y todos los estudios apuntan a un crecimiento muy importante en los próximos años.

Las empresas cada vez apuestan más por este canal de venta, y ello hace que precisen operaciones logísticas rápidas así como que la ubicación de los operadores logísticos sean cercanos a sus mercados. Este factor también está empujando a la recolocación de la cadena de suministro, de forma que esta cada vez es más corta.

El acortamiento de la cadena de suministro también está provocando un acortamiento de las operaciones logísticas dedicadas al B2C. Se está asistiendo a la proliferación de nuevos tipos de almacenes como los microhubs urbanos o los dark stores. El objetivo de este tipo de instalaciones es descargar a los almacenes centrales, desplazando stock más cerca del cliente, con el objetivo de poder satisfacer una entrega muy rápida y con un menor coste económico y medioambiental.

Para que esto pueda suceder, la cadena de suministro en sus etapas anteriores tiene que garantizar el suministro de la mercancía. Esa garantía o seguridad es la que ha saltado por los aires con la pandemia del Covid19, por lo que el debate está servido: just in time o acortamiento de la cadena de suministro

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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