El sector primario en España está en pie de guerra, tomando el relevo de lo que han hecho en otros países de Europa, solo que en España, los que pagan la "factura" no son los mismos que en Francia, por ejemplo, aunque algunos, como los transportistas, les ha tocado el gordo de ambos países.

Vaya por delante que el derecho a la huelga y protesta, es un derecho que puede ejercer todos los trabajadores, pero también es cierto que para lograr mayor "repercusión", se intenta siempre implicar a terceras partes, normalmente reos de la situación, y que además no tienen nada que ver de forma directa con la protesta. Así, cuando los agricultores cortan las carreteras, afectando a más de 80.000 camiones en un solo día (el miércoles 07/02/24), su protesta, totalmente legítima, entra en un terreno donde colisiona directamente con los intereses de otros sectores, que además, no tienen potestad para hacer nada por mejorar y lograr las reivindicaciones que hacen los primeros.

Y el siguiente nivel son los ciudadanos normales y corrientes, no aquellos que deben de tomar las decisiones, y es que las protestas de los agricultores han bloqueado en los primeros días prácticamente todas las autovías radiales de Madrid, las que discurren por el mediterráneo, todas las carreteras de las 2 Castillas y buen parte de Andalucía.

Veremos las evoluciones, pero el sector del transporte en España viene de haber perdido en conjunto más de 120 millones de euros en las protestas de los agricultores de Francia.

Y reitero que no es que les falte razón a los agricultores, y es comprensible querer tomar como rehenes a terceros como los transportistas o la población en general, para que los políticos de turno tengan que sentarse en una mesa de negociación.

Pero deben de comprender que esos a los que hacen pagar la factura de sus protestas, son, por un lado, sectores esenciales para su supervivencia (ningún producto agrícola se teletransporta, por el momento), y la población es consumidora de sus productos, por lo que también deben de comprender su posición cuando no quieren participar de su reivindicación, y es que tan sagrado es la libertad de protesta como el de no protesta.

Solo un deseo, que las soluciones se adopten de inmediato, y que sean satisfactorias para todos.

Carlos Zubialde

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