Los acontecimientos mundiales surgen a tal velocidad que las noticias nuevas van enterrando minuto a minuto las antiguas; hace unos meses el Ayuntamiento de Barcelona informaba que antes del verano quería implantar una tasa a la distribución urbana con el objetivo de regular el transporte y reparto en la ciudad, le llamaron “tasa Amazon”.

Desde entonces pocas noticias se han tenido de la aplicación de esta tasa; el objetivo del ayuntamiento gobernado por Ada Colau es regular el reparto urbano de mercancías, sobre todo por el importante crecimiento de la distribución de envíos de ecommerce. Dentro de esta estrategia, se ha querido potenciar otras vías de distribución “alternativas” como los puntos de recogida, pero son políticas que van avanzando de forma muy lenta y pausada.

Como complemento de estas políticas, el ayuntamiento de Barcelona, junto con la extensión de centros de distribución urbana, la gestión de las zonas de carga y descarga o el impulso de la ciclologistica, esta aplicar una tasa a la distribución más “tradicional” de los envíos de ecommerce.

Pero aplicar esta tasa no es nada sencillo, y así lo manifestaron en su momento. La tasa solo tiene 3 posibles actores a los que aplicar:

1-Vendedor (ecommerce)

2-Comprador (cliente final)

3-Transportista

Aplicar la tasa al vendedor se hace muy difícil, por no decir imposible; en muchos casos son compañías extranjeras o que tienen su domicilio fiscal fuera de España, con lo que sería imposible aplicar la tasa. Ocurre lo mismo con el comprador, aplicando la tasa, ¿quién hace de recaudador de esta? ¿El vendedor? ¿El propio cliente? ¿La empresa de transporte?

Y efectivamente, llegamos al punto donde la parte más “débil” pero más controlable es la empresa de transporte. Está claro que implementar una tasa de este tipo es muy complejo, aunque la idea sea de gravar a las empresas de comercio electrónico, por eso focalizan la misma en las empresas de transporte, “por ocupación de la vía pública”.

Queda por conocer como se aplica esa tasa por “ocupación de la vía pública”, los antecedentes de otras ciudades como Londres parece indicar que puede ser una tasa por vehículo y acceso por día a la zona delimitada. Otra opción puede ser grabar cada entrega, pero eso conlleva una dificultad técnica en el traspaso de la información entre operadores de transporte y el gestor de la tasa (Ayuntamiento).

Veremos como y cuando se aplica esta tasa, pero los indicios parecen apuntar a una tasa por vehículo y día, que además “empujaría” a las empresas de transporte a maximizar la carga del vehículo para poder reducir ese coste al mínimo, coste que queda por ver como podrían trasladar a su cliente, es decir, el ecommerce vendedor.

Articulo propiedad de Carlos Zubialde

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