Otra «chapuza»: más de 30.000 transportistas autónomos abandonarán el régimen de módulos por los cambios en la normativa fiscal

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Otra «chapuza»: más de 30.000 transportistas autónomos abandonarán el régimen de módulos por los cambios en la normativa fiscal

Más de 30.000 transportistas autónomos abandonarán el régimen de módulos por los cambios en la normativa fiscal

Descripción

Nuevo desafío para el transporte en España tras la reciente reforma fiscal que restringe el acceso al régimen de tributación por módulos, afectando directamente a más de 30.000 transportistas autónomos. Esta situación se deriva del fracaso en la aprobación del Decreto Ómnibus, que buscaba flexibilizar las condiciones para que los profesionales del transporte pudieran seguir acogidos a este sistema.

El régimen de módulos ha sido durante años una herramienta clave para los transportistas autónomos, ofreciendo una manera simplificada de calcular impuestos, basada en parámetros como el número de vehículos o los kilómetros recorridos en el caso del transporte. Sin embargo, con los cambios introducidos, los límites de facturación para acceder a este régimen se han reducido drásticamente, forzando a una gran parte del sector a optar por la estimación directa, un modelo fiscal mucho más complejo y menos ventajoso que el anterior para los transportistas autónomos.

La situación actual genera preocupación entre los autónomos, quienes ya enfrentan altos costos operativos debido al incremento del precio del combustible, el mantenimiento de los vehículos y las tasas de peaje que se derivan de los planes de sostenibilidad. A esto se suma la incertidumbre económica derivada de una inflación persistente, lo que está llevando a muchos profesionales a replantearse su continuidad en el sector.

El impacto de esta medida podría ser profundo para la logística nacional. La salida de miles de transportistas autónomos del mercado no solo amenaza con reducir la oferta de servicios, sino también con generar un aumento en los costos de transporte, que inevitablemente repercutirán en las cadenas de suministro y, en última instancia, en los consumidores. Esto podría agudizar los problemas ya existentes en la logística, como la falta de conductores, y aumentar la dependencia de grandes operadores, limitando la competitividad del mercado.

Las asociaciones del sector han manifestado su descontento, argumentando que las nuevas exigencias fiscales no toman en cuenta la realidad operativa de los transportistas autónomos. Además, destacan que el Decreto Ómnibus podría haber proporcionado una solución viable para mantener el equilibrio entre la modernización fiscal y la sostenibilidad del sector. Sin embargo, la falta de consenso político ha dejado a miles de profesionales en una posición vulnerable.

Ante este panorama, se plantean alternativas como el desarrollo de políticas que incentiven la permanencia de los transportistas autónomos en el mercado, ya sea mediante deducciones fiscales específicas o programas de apoyo a la digitalización y la sostenibilidad. Sin estas medidas, el sector del transporte y la logística podría enfrentar una reestructuración que no solo afectará a los autónomos, sino también a toda la economía española, y es que el balance entre las cargas disponibles en el mercado y los camiones que puedan realizar esos servicios de transporte.

La transición hacia una logística más eficiente y moderna es imprescindible, pero las decisiones que se tomen en el presente serán clave para garantizar la estabilidad de un sector que es el motor de la economía y el comercio en el país, cuestión que parece que la clase política no lo tiene tan claro.