No puede extrañar a casi nadie que uno de los perfiles más cotizados en tiempos tan cambiantes sea el del comprador de transporte. Estos profesionales, que pueden desarrollar su labor tanto dentro de empresas de transporte como de cualquier empresa industrial, están altamente demandados desde hace ya un tiempo, demanda que está al alza, sobre todo desde la llegada de la pandemia.

Comprar servicios de transporte no es nada sencillo, aunque muchos opinen lo contrario; se precisa un conocimiento técnico importante, sea cual sea la tipología de transporte (aéreo, marítimo o terrestre), y se precisa un conocimiento muy profundo del sector, además de saber en todo momento la "temperatura", es decir, cuáles son las capacidades o los cuellos de botella, que le permitan poder adelantar sus previsiones garantizando un servicio de calidad, con un correcto ajuste de los costes.

Un buen número de compañías han intentado "sustituir" esta figura mediante desarrollos tecnológicos basados en Inteligencia Artificial o Big Data, por ejemplo, para predecir la demanda y poder de esta forma gestionar qué recursos (camiones, por ejemplo) serán necesarios, o incluso trabajar con programas de pricing basados en Inteligencia Artificial, pero debemos de decir que no se logra los mismos resultados, y es que todas esas "herramientas" deben de volcar los datos que un profesional puede identificar y descifrar, para llevar adelante su estrategia de compra.

La correcta combinación de persona y tecnología hacen que el binomio sea invencible, por eso esta figura es cada vez más demandada. Comprar transporte nunca es sencillo, pero cuando el mercado y la coyuntura son cada vez más cambiantes, donde el balance entre oferta y demanda es cada vez más desigual, contar con este tipo de profesionales supone cimentar correctamente una estrategia de éxito.

Por ese motivo están tan solicitados.

Artículo propiedad de Carlos Zubialde

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