El sector del transporte de mercancías por carretera se muestra con "cierta cautela" ante la cesión publicada por la Unión Europea ante la petición de España, para dejar en suspensión el pago por uso en las carreteras como las autovías.
Por las informaciones que han sido publicadas, el pago por uso sale de la agenda de sostenibilidad que el gobierno de España ha negociado con la Comisión Europea. En teoría, el pago por uso de las autovías tenía que ser aplicada en España a partir del año 2024, cuestión que levanto muchas quejas, sobre todo en el periodo electoral de las pasadas elecciones, así como entre sectores muy expuestos, tales como el transporte de mercancías por carretera, que es el que mayor afección sufriría en el caso de aplicar el pago por uso.
Es precisamente el sector del transporte el que se muestra más cauteloso ante la noticia, habituado a la promesa de palabra que luego no termina de materializarse en los reglamentos y leyes. Y es que el documento que presento el gobierno de España no era conocido por ningún actor del sector, ni asociaciones empresariales, ni de transportistas. Es precisamente esa privacidad de la petición la que levanta más dudas, aunque en el fondo, todos lo consideran como algo positivo, si finalmente se implanta.
Desde un punto de vista político, es comprensible que el gobierno de España quiera eliminar una medida tan impopular impuesta desde Europa, suponía crear un caldo de cultivo conflictivo con sectores como el transporte, además de empujar a un número importante de vehículos hacia carreteras secundarias.
Y es que el transporte tiene la eterna sensación de ser el pagador de la factura siempre, como podía ocurrir en este caso. Solo con el impuesto de hidrocarburos, España recauda cuatro veces más que lo que supone el mantenimiento de las infraestructuras, por lo que añadir mayor carga a un sector cada vez más acosado por los altos costes, se veía completamente inviable. Pero por mucho que el sector del transporte eleve quejas, el pago por uso está encima de la mesa desde hace ya muchos años, y se aplica en algunas carreteras de alta densidad, como en la N-I en la provincia de Gipuzkoa.
Esta prudencia, además, se fundamenta en factores que pueden hacer cambiar el signo de la decisión, como el cambio de posición del actual gobierno, la incierta situación política de España, con un gobierno en interinidad, o sobre todo, por el peso que pueden tener en una presión para que se aplique el pago por uso de las carreteras por parte de países que ya lo tienen implementado como Francia o Alemania, que además, tienen un peso específico muy importante dentro de la Unión Europea.
Por último, otro aspecto que levanta la desconfianza del transporte terrestre son los mensajes de favorecimiento hacia el ferrocarril como parte del compromiso adquirido por la retirada del pago por uso de las carreteras. El sector mira con atención si este favorecimiento será en detrimento de la carretera, cuando deberia de ser complementario.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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