El transporte ferroviario de mercancías continúa sin poder levantar el vuelo pese a los esfuerzos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para promover su desarrollo. Los datos más recientes proporcionados por Adif y Adif Alta Velocidad reflejan una caída del 1,24% en el tráfico de mercancías acumulado durante los primeros nueve meses de 2024. Este descenso contrasta con el notable aumento del 8,87% registrado en el tráfico de pasajeros de larga distancia durante el mismo período, evidenciando un desequilibrio significativo entre ambos sectores.
En septiembre, el indicador de trenes por kilómetro, que mide la utilización de las líneas ferroviarias por un tren a lo largo de un kilómetro, mostró un incremento del 1,5%. La diferencia en el comportamiento del tráfico de mercancías y pasajeros subraya los desafíos estructurales del transporte ferroviario de carga. Mientras que los viajeros encuentran en el tren una opción cada vez más atractiva gracias a tarifas competitivas, un servicio mejorado donde existe la competencia de distintas empresas, el segmento de mercancías no logra captar un crecimiento sostenido pese a tener un apoyo institucional muy manifiesto.
En línea con ese apoyo, el Ministerio de Transportes ha puesto en marcha diversas iniciativas con el objetivo de fomentar el crecimiento del transporte de mercancías por ferrocarril. Entre las más destacadas se encuentran los ecoincentivos ferroviarios y el impulso a las autopistas ferroviarias.
Los ecoincentivos son ayudas económicas dirigidas a los operadores ferroviarios para compensar los cánones de uso impuestos por Adif. Estas subvenciones buscan reducir los costos operativos, mejorar la competitividad del ferrocarril frente a la carretera y fomentar prácticas logísticas más sostenibles. En la segunda convocatoria, correspondiente a 2023, se distribuyeron 21,7 millones de euros entre siete operadores. Para 2024, el presupuesto destinado a esta iniciativa se ha incrementado a 23,5 millones de euros. La cuantía de las ayudas se determina en función del desempeño ambiental de cada operador, alineándose con los objetivos de sostenibilidad establecidos a nivel nacional y europeo.
Otro eje central en la estrategia del Ministerio es el desarrollo de las llamadas autopistas ferroviarias. Este sistema intermodal permite el transporte de semirremolques por tren, utilizando la infraestructura ferroviaria existente con adaptaciones específicas. La autopista ferroviaria que conectará Zaragoza con Algeciras representa uno de los proyectos más ambiciosos en este ámbito, con una inversión inicial de 315 millones de euros. Además, en julio de 2024 comenzó a operar la primera autopista ferroviaria que discurre íntegramente por territorio español, aunque su funcionamiento se ha visto temporalmente interrumpido debido a los daños ocasionados por la DANA que afectó Valencia.
Pese a todo, la cosa no arranca
A pesar de todos estos esfuerzos, los números no parece que sean los más deseables. La falta de infraestructura adaptada para el transporte de mercancías limita la capacidad operativa y competitividad. Muchas líneas requieren inversiones adicionales para aumentar su capacidad de carga y facilitar una integración efectiva con otros modos de transporte que no sean solo el de pasajeros. La competencia con el transporte por carretera sigue siendo un obstáculo considerable, ya que este último ofrece mayor flexibilidad y, en muchos casos, menores costos, además de una adaptabilidad a las necesidades puntuales de cada una de las cargas.
El potencial del transporte ferroviario de mercancías para contribuir a la sostenibilidad del sistema logístico nacional es innegable, pero su justo balanceo con la operativa todavía hace que no sea una opción prioritaria para los cargadores. Es ampliamente conocido que este modo de transporte emite menos gases de efecto invernadero por tonelada transportada que el transporte por carretera, lo que lo posiciona como una opción clave para alcanzar los objetivos climáticos. Sin embargo, los datos recientes indican que las medidas implementadas hasta ahora no han sido suficientes para aprovechar este potencial. Es necesario adoptar un enfoque más ambicioso que combine inversiones en infraestructura, incentivos económicos más robustos y una mayor integración modal si se quiere realmente apostar por el ferrocarril como medio de transporte.
En un momento en el que la sostenibilidad se ha convertido en un imperativo global, el éxito de este sector será un indicador clave del compromiso del país con un modelo logístico más eficiente y respetuoso con el medio ambiente. La coordinación entre las administraciones públicas, los operadores ferroviarios y los actores logísticos es esencial para superar los desafíos actuales y garantizar un futuro más prometedor para el transporte ferroviario de mercancías, pero la apuesta debe de pasar de las palabras a la realidad, y año tras año parece que esto no sucede. Las cifras así lo demuestran.
Carlos Zubialde
contacto@informacionlogistica.com