Cuando se trata de transporte de mercancías terrestres, tanto a nivel nacional como internacional, es fundamental entender las responsabilidades y coberturas de seguro en caso de siniestros. Ya sea en España, regido por el convenio LOTT (Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres), o en el ámbito internacional, bajo el Convenio CMR (Convención sobre el Contrato de Transporte Internacional de Mercancías por Carretera), los transportistas asumen una serie de compromisos y obligaciones que resultan cruciales en situaciones adversas, y para el cargador, es fundamental conocer los alcances reales de las responsabilidades que asume su proveedor de transporte ante un siniestro.
Pero, ¿qué se entiende por siniestro en el transporte? Un siniestro se refiere a cualquier evento que cause daño o pérdida a las mercancías durante su traslado. Esto puede incluir colisiones, vuelcos, incendios, robos o cualquier otro percance que ocasione daños materiales o perjuicios económicos. Los siniestros son situaciones indeseables, generan consecuencias negativas para todas las partes involucradas, pero también es importante conocer cuál es el límite de la responsabilidad de cada uno de los actores que participan en el contrato de transporte, y es que, no siempre la responsabilidad de un siniestro debe de ser cubierta por el transportista, tal y como se puede creer por parte de muchos cargadores.
Varios factores influyen en los siniestros más habituales en el transporte. Uno de los más habituales es el siniestro que puede sufrir el propio vehículo y el conductor del mismo. La seguridad vial es un aspecto crucial, que unido a las condiciones climáticas adversas, las infraestructuras en mal estado, el exceso de velocidad, falta de mantenimiento de los vehículos y conductores fatigados son solo algunos ejemplos de factores que incrementan el riesgo de sufrir un siniestro durante el transporte.
En caso de que ocurra un siniestro, sea cual sea su naturaleza (siniestro del vehículo o un siniestro de la mercancía en cualquier operación de cross docking por ejemplo), es de suma importancia que la comunicación sea correcta y oportuna. Tanto el transportista como el cargador deben notificarlo a la otra parte involucrada y a las autoridades competentes de manera inmediata. Además, es esencial documentar todos los detalles pertinentes, como la descripción del siniestro, la fecha, la hora, el lugar y cualquier información relevante sobre las mercancías dañadas (aportar fotografías nunca está de más). Una comunicación adecuada y precisa facilita el proceso de reclamación y la resolución del problema de manera eficiente, además de que, legalmente, es necesario cumplir con una serie de plazos determinados.
En este contexto, las responsabilidades y coberturas de seguro juegan un papel fundamental. Tanto el convenio LOTT en España como el Convenio CMR a nivel internacional establecen una serie de disposiciones para regular la responsabilidad del transportista en caso de siniestros. Estos convenios establecen límites de indemnización y plazos para la presentación de reclamaciones, con el objetivo de proteger los intereses de todas las partes involucradas en el transporte de mercancías.
Uno de los "problemas" más habituales en la aplicación de dichos convenios, emana de las cláusulas en las que se indica un precio máximo por kilo transportado, que en ocasiones (la mayoría) puede no cubrir el valor total de la mercancía. Por eso es deseable, por parte de los cargadores, conocer este límite, y solicitar la ampliación de la cobertura de seguro sobre el valor de la mercancía, servicio que la mayoría de empresas de transporte ofrecen a sus clientes, cobrando un porcentaje sobre el valor total a ser cubierto.
Podemos decir que antes de tener sorpresas, es esencial conocer de la mano del proveedor de transporte, todas las situaciones que pueden acontecer a nivel de siniestros, y las coberturas que se nos ofrecen. Siempre será mejor curar de antemano que lamentar después.
Artículo propiedad de Carlos Zubialde
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