Cuba apuesta por infraestructura y energía con inversiones chinas para hacer frente a su crisis económica

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Cuba apuesta por infraestructura y energía con inversiones chinas para hacer frente a su crisis económica

Cuba impulsa proyectos en infraestructura y energía con inversión china para afrontar su severa crisis económica y diversificar sus recursos.

Descripción

La situación en Cuba sigue siendo precaria, con una serie de desafíos que afectan directamente la vida cotidiana de la ciudadanía y su economía. Desde hace meses, la isla enfrenta escasez de alimentos, combustibles y medicinas, junto con prolongados cortes de electricidad que perturban la vida diaria y paralizan la producción local. Además, la caída del turismo y las exportaciones, agravada por las sanciones de EE.UU., ha provocado un deterioro económico general, situando a Cuba en una vulnerabilidad sin precedentes.

A pesar de estos obstáculos, Cuba ha intensificado sus esfuerzos en infraestructura y energía, siendo un claro ejemplo la inversión en proyectos de transporte, puertos y telecomunicaciones. En 2024, se han financiado 55 parques solares, principalmente con fondos chinos, en un intento por diversificar su matriz energética y reducir la dependencia de las importaciones de combustibles. Asimismo, Cuba se unió en 2018 a la iniciativa Belt and Road de China, lo que ha permitido que el país asiático incremente su presencia en la isla mediante diversos proyectos estratégicos.

Uno de los proyectos emblemáticos en marcha es el puerto de Mariel, que ha visto un incremento en la actividad proveniente de China desde agosto de 2024. Los barcos que llegan de puertos como Shanghái y Tianjin transportan paneles solares, acero, herramientas y otros insumos, contribuyendo a fortalecer la economía local. La llegada de estos recursos ha tenido también un impacto visible en las carreteras cubanas, con camiones de matrícula china que circulan por pueblos rurales, incluido Jatibonico, donde se prepara la instalación de un parque solar de 21 MW en terrenos cercanos a la ciudad.

Mientras tanto, los esfuerzos de Rusia en Cuba parecen haber perdido fuerza respecto a promesas anteriores. En 2023 se reabrió el mayor molino de acero del país, financiado con 100 millones de rublos, con la promesa de elevar la producción a 62.000 toneladas en 2024. Sin embargo, los resultados reales han sido mucho menores, con solo 4.200 toneladas producidas en lo que va de año. A pesar de ello, Rusia continúa ofreciendo apoyo mediante el suministro de trigo y petróleo, además de promover el turismo y la inversión, aunque con resultados limitados y un interés menguante en comparación con el protagonismo de China.

Expertos advierten que, aunque la ayuda de China representa una posible tabla de salvación para Cuba, no será suficiente para revertir por completo la crisis estructural que enfrenta la isla a la escala necesaria. Los analistas señalan que solo una presencia comercial y diplomática mucho más robusta podría impactar significativamente en la recuperación económica, algo que parece difícil de concretar en un contexto de sanciones y aislamiento internacionales cada vez más agudos.